Me levanto para salir de casa como cada día y resulta que en Flagey, a cinco minutos de mi cama, se encuentra uno de los mercados más vibrantes y coloridos que he podido ver hasta hoy.
Cada sábado y cada domingo desde primera hora hasta las 2 de la tarde, puedes comprar desde flores hasta un taco de pollo, comida tailandesa o simplemente beberte un zumo de caña de azúcar y ver cómo lo hacen ante tus ojos.
El resto de la semana también podremos ver el mercado pero no con tanto movimiento ni con tantas tiendas, pero igualmente es un mercado en el que comprar comida natural y local en un sitio muy agradable.
A esto hay que sumarle el buen tiempo que hace y teniendo los estanques de Ixelles ¿qué más puedo pedir? Comida y un sitio en el que relajarme.