¡Hola a todxs y feliz comienzo de semana!
Algo que me he dado cuenta en este bonito país y por supuesto, en la bonita ciudad en la que vivo, es que hay flores por todas partes. Las flores forman parte de la vida diaria de los ciudadanos que las exhiben en calles, en casas y en celebraciones. La flor nacional de Bélgica es la amapola común y esto se debe a un hecho histórico que se remonta a la Primera Guerra Mundial. El suelo de Bélgica no era idóneo para el crecimiento de las amapolas, pero tras los intensos bombardeos, cambió su composición y las amapolas rojas comenzaron a crecer. Consideradas flores del recuerdo fueron adoptadas como las flores nacionales en honor de los caídos en combate.
Sin duda, otra flor que tiene especial relevancia en Bélgica es la begonia, siendo este país el primer productor mundial de esta hermosa flor que presenta un bonito colorido y que resiste valientemente el duro clima de la zona. Desde 1971, cada dos años, se compone una alfombra gigante con begonias de diferentes colores en la Grand Place de Bruselas. El resultado es de una belleza inigualable, lo que ha permitido convertir este evento en uno de los festivales de flores más importantes de Europa.
En Lovaina, los jueves, en la calle Brusselsestraat, se organiza el mercado de las Flores, donde podrás encontrar todas las que necesites. Tampoco se puede dejar de mencionar la tradición del muguete, una bonita flor que comienza a florecer a finales de abril, anunciando la llegada del buen tiempo. Los belgas tienen la costumbre de regalar un ramito de muguete el Día del Trabajo, el primero de mayo, con el fin de desear suerte y alegría a sus seres queridos.
Otro lugar ideal para encontrar todos los tipos de flores que queramos contemplar es el Jardín Botánico de Lovaina, el cual, cuenta con el honor de ser el más antiguo de toda Bélgica, fundado nada menos que en 1738, con el propósito de realizar estudios médicos y científicos, ha llegado hasta nuestros días convirtiéndose en uno de los emblemas de la ciudad.
A pesar de su pequeño tamaño, del botánico de Lovaina destacan en su entrada los dos edificios acristalados. Por un lado, está el invernadero que contiene una extensa variedad de plantas tropicales y subtropicales. Un lugar en el que además de disfrutar de esta vegetación inexistente en la Europa continental puedes sentir la agobiante sensación que producen los climas tropicales debido a sus altas temperaturas y extrema humedad.
El otro edificio, alzado sobre unas escaleras es la Orangerie. Se trata de un invernadero de estilo neoclásico cuya denominación se debe al hecho de que eran naranjos los árboles que se resguardaban de las temperaturas invernales cuando estos edificios comenzaron a ser populares en palacios y mansiones de la nobleza europea. En la Orangerie te puedes encontrar más plantas tropicales entre las que destacan cocoteros y plantas de café.
En total se dan casi unos 800 tipos de flores diferentes. Donde sigue constituyendo una importante fuente de información para estudiantes y herboristas.
La primavera y las flores no me pueden gustar más y hacerme más feliz. Espero que os haya gustado este post, ¡Feliz lunes, nos vemos pronto! 😊
Tengo 21 años y soy de Cádiz, lugar del que estoy totalmente enamorada. Quien me conoce sabe lo mucho que me gusta hablar y presumir de mi ciudad; allí, estudio Derecho y Criminología y Seguridad en la Universidad de Cádiz y este año estoy haciendo mi cuarto curso en la KU Leuven, concretamente el “Máster of Criminology”.
Me encanta leer y sobre todo escribir, cualquier cosa, lo primero que se me pasa por la cabeza o a veces cosas más elaboradas, me considero una persona bastante feliz y optimista, que le gusta ver el lado bueno de las cosas, así que vengo a aportar un poquito de mí al blog.