Hoy viajamos a una ciudad quizás un poco menos conocida, que es Malinas, o Mechelen como le llaman ellos. Quizá su principal atractivo venga por otras cosas como su catedral o la gigantesca torre de campanario, pero hoy os vengo a hablar del río que, como es típico en la zona, atraviesa la ciudad y del que saca gran provecho esta misma.
De hecho, la propia ciudad recibe muchas veces el nombre de Dijlestad(ciudad del Dijñe). Y es que, más aún que ciudades que se construyen alrededor de un río, ésta va un paso mas allá en mi opinión, y prácticamente vive dentro del río.
Todo ello se puede observar gracias al paseo que os recomiendo, el cual va a través de una pasarela de madera construida a lo largo de este. Podrás observar la ciudad desde otra perspectiva. Los bares con las terrazas en el río llenos de gente, casas nuevas y viejas construidas cara al paseo, e incluso fauna y flora bastante única.
Probablemente de duración menor a una hora, creo que es algo prácticamente obligatorio cuando vas a la ciudad, y que no está tan promocionado como debería.
Va desde el jardín botánico hasta Haverwerf, que era donde los barcos con la avena (en la época tan importante como el trigo) paraban a descargar y vender. Malinas se reservaba el derecho de emporio, por el cual los barcos tenían que poner toda la mercancía a la venta, y solo podían volver a cargar el sobrante.
Mencionar también que podéis daros un paseo en barco por el Dijle, que será muy agradable en caso que queráis una experiencia diferente o bien estéis cansados de andar.
Y hasta aquí el post de hoy, que más que explicativo, es una recomendación. ¡Un saludo!