Entre puestos de gofres y conversaciones en dialectos que parecían haber desaparecido; entre calles perdidas y avenidas encontradas, el maravilloso ajetreo de una ciudad que demuestra que está viva se aleja para dar paso a un remanso de paz que parece transmitir la alegría del último caramelo de la bolsa: Vallon du Vuylbeek, aunque en Bruselas simplemente lo llaman «el bosque».
Este pequeño oasis de la naturaleza y el silencio es un gran espacio verde que parece estar vivo. Oficialmente, cuenta con el mirador Les Enfants Noyés, pero realmente cada paso tiene vistas por sí mismo. En gran medida se debe al gran estanque que encontramos en el centro del bosque, Étange du Fer à Cheval, y que se puede atravesar por un pequeño puente.
De hecho, parte de lo bonito de este paraje es que se trata de naturaleza en estado puro, pero perfectamente aclimatado para pasear o sentarse y relajarse en algunas de las mesas de madera dispersas entre tronco y tronco. Entre sus miles de senderos es fácil encontrarte con ciclistas, corredores, senderistas… Así que si queréis hacer ejercicio y despejaros un poco la mente, ¡este es el sitio ideal!
Se encuentra a las afueras de Bruselas, pero hay un tranvía que puede dejaros casi directamente en la entrada del bosque, sin hacer transbordo, tanto si lo cogemos en el barrio de Bruselas centro, como si lo hacemos desde Ixelles. Y además el viaje merece la pena, porque por el tranvía pasaremos por una de las calles más comerciales de Bruselas, así que la ruta turística está asegurada, ¡incluso en el viaje de ida!
Os aconsejo comprar chuches en algunas de las tiendas cercanas o llevar bocadillos , para dejaros caer en algún hueco de este gran bosque y dejaros llevar por la paz del lugar. Si vais acompañados, os puedo asegurar que no he visto por ahora mejor sitio para jugar a las cartas o simplemente hablar. Aquí os dejo un pequeño vídeo de ese día:
En una ciudad tan viva y dinámica, hay veces que se necesita un respiro de todas las respiraciones del día, solo con el fin de parar y relajarse. Pues para eso está Vallon du Vuylbeek, para recordarnos esos buenos hábitos.
¡Nos vemos en el siguiente post!
Me llamo Marina Carrasco Valero, estudio Periodismo y Comunicación Audiovisual, y este primer cuatrimestre voy a ser vuestra corresponsal Erasmus en Bruselas. Durante los próximos cinco meses, voy a ser la pequeña puerta que os lleve a tocar, paladear, ver (aunque con un poco de miopía), oler y oír Bruselas. Juntos vamos a descubrir sus secretos, exhibiciones, conciertos, festivales…
5 comentarios
¡Qué preciosidad de bosque! Si ya ha sido un respiro al leer sobre él, no me quiero imaginar al pasearlo de verdad.
¡Qué preciosidad de bosque! Si ya al leer te invita a tomarte un respiro, no me quiero imaginar al pasear por sus caminos en la realidad
¡Te encantaría! Y estoy segura de que te gustará aún más cuando vengas a verlo en directo ❤️
Que paisaje tan bonito!!
Que tus ojos sigan siendo la ventana para nosotros.
¡Muchísimas gracias! Y que vosotros sigáis viendo a través de esa ventana 🙂