La plaza de Sainte-Catherine es uno de los sitios más acojedores del centro de Bruselas. Durante la semana hay varios mercados y la rodean múltiples puestos de comida, por lo que si hace buen tiempo suele estar lleno de gourmets disfrutando de un brunch.
Pero esta plaza esconde un pequeño secreto que puede ir bien para las noches que de fiesta en el centro de Bruselas. Si alguna vez os encontráis en un apretón es necesario saber que en uno de las calles adyacentes a la plaza se encuentra un orinal abierto al público (como un muchas otros lugares de Bruselas) aunque lo que hace especial a estos servicios históricos es que están adosados a la iglesia, por lo que usarlos puede ser hasta blasfémico. O al contrario: Me pregunto qué clase de idolatría le tiene a la orina la ciudad del Mannekin Pis.