Cuando me encontraba preparando las maletas días antes de coger mi vuelo a Bélgica, pensaba en todas aquellas situaciones que podría vivir en mi Erasmus. Intentaba meter todo lo que pudiera necesitar, me imaginé viajando, saliendo de fiesta, yendo a la Universidad, caminando por las empedradas calles de Brujas, observando a los cisness en el lago…
Imaginaba todos los planes y aventuras posibles para no dejarme nada en Madrid que fuera a necesitar. Lo que jamás se me pasó por la cabeza fue la idea de una pandemia mundial. Ni en un millón de años me imaginaría que algo así podría pasar. Y menos en mi Erasmus, con el cual llevaba soñando años.
Creo que hasta el momento en que cerraron las universidades y avisaron que pronto cerrarían tiendas, restaurantes y fronteras no fui consciente del todo. Es verdad que la palabra “coronavirus” llevaba meses sonando en la radio y en los periódicos, pero se sentía tan lejano, como si no nos fuera a afectar nunca.
De un día para otro pasé de organizar viajes a Amsterdam y Praga a encontrarme llorando enfrente del móvil con mis padres al otro lado de la pantalla. Sinceramente lo que más pánico me daba era no saber que hacer. No sabía que iba a pasar en un futuro, si era mejor volver a España o quedarme en Bélgica.
Cada día pasaban por mi cabeza mil escenarios, opciones y decisiones diferentes. Tras varios días de meditación llegué a la conclusión de que yo había venido aquí a vivir mi Erasmus pasara lo que pasara y si podía quedarme aunque no fuera en las mejores condiciones lo iba a hacer. Iba a luchar por ello y superarlo.
La verdad que viniendo en el avión dos meses atrás lo que más pánico me daba era sentirme sola. Y si algo he aprendido este mes y medio, es que jamás estarás solo si te tienes a ti mismo. Que pasar tiempo a solas es bueno para la mente y el corazón, escucharse, respetarse, entenderse. Son cosas a las cuales no solemos dedicar mucho tiempo.
Mirando atrás me doy cuenta de que quedarme en Brujas fue la mejor decisión que podría haber tomado… Si queréis saber porqué estar muy atentos a mi siguiente post.
¡Nos vemos pronto!
Mi nombre es Luna, tengo 20 años y vivo en Madrid. En general soy una apasionada de la vida, de los viajes, el arte, la música, el baile, el surf, el mar, la escalada… todo lo que suponga una aventura para mí siempre será un SÍ.
Este semestre mi aventura comienza fuerte: me he mudado a Brujas ¡La ciudad de ensueño! Y aunque apenas lleve aquí una semana, os puedo asegurar que así es. Todas las calles están bañadas de un aura especial, casi mágica.
Recuerdo una de las primeras noches aquí, entre las vacaciones y la lluvia las calles estaban vacías. Paseando a la luz de las farolas, sentí como si me transportara a otra era… Los suelos empedrados, el musgo creciendo por las paredes de una gran iglesia gótica, cuyas vidrieras relucían con luz propia. Todo parecía salido de un precioso y enigmático cuento medieval.