Señoras y señores, hoy les vengo a hablar de aquellas virtudes que pueden ser necesarias para estudiar en Lovaina, pero no se me alteren, que si aún no las tienen, siempre pueden practicarlas, como la bicicleta 🙂
En primer plano, por encima de cualquier otra virtud, está la paciencia. He de confesarles que esta ha sido la más difícil de trabajar para mí, ya que soy una persona que pierde los nervios fácilmente cuando se tropieza con algún contratiempo (sobretodo burocrático o tecnológico, mis dos pesadillas). No les exagero que al llegar a Lovaina tardé dos semanas en registrarme en la universidad y en hacer cuadrar todas las asignaturas. Hice un gran esfuerzo por rellenar todos los datos y responder a los correos con una sonrisa, tanto a los que llegaban desde la KU Leuven como desde mi universidad de Bilbao. A día de hoy, un mes más tarde, todavía me veo en la necesidad de cerrar los ojos y contar hasta diez cada vez que tengo que mandar algún registro y cuando la plataforma digital de la universidad se me satura, no voy a hablar del wifi porque entonces eso si que sería una batalla pérdida… Pero recuerden, a veces las cosas no salen a la primera, ni a la segunda, ni a la tercera… no tiren la toalla y, sobretodo, cuando sientan que están a punto de estallar, pidan ayuda. Habrá mucha gente, tanto docentes como compañeros, dispuestos a ayudarles con sus contratiempos y a conservar su paciencia 🙂
En general, las clases son bastante interactivas, al menos en mi carrera (psicología), lo fundamental en estos casos resulta perder la vergüenza y el miedo a fallar. Aquellas personas que tienen la suerte o la desgracia de conocerme, saben que mi inglés es más propio de Cuenca que de Lovaina (señoras y señores, les prometo que esto no es falsa modestia). Sin embargo, a pesar de no entender todo el contenido de las clases y, de que a veces a mí tampoco se me entienda, las clases resultan mucho más enriquecedoras cuando me atrevo a responder a alguna pregunta del profesor o cuando participo activamente en los grupos de trabajo. Señoras y señores, estamos aquí para aprender, nunca se olviden de ello.
Pueden olvidarse el pasaporte, pero nunca se olviden de traer su paciencia (por poquita que tengan), ni sus ganas de crecer.
Y para demostrar que a todos nos pasan cosas aquí les dejo un poquito de caos: