Bélgica es un país particular en cuanto a su organización territorial. Se configura como un Estado federal muy descentralizado en el que la inmensa mayoría de las competencias políticas se ejercen en el seno de las regiones y de las comunidades lingüísticas, conceptos estos que vamos a tratar de aclarar a lo largo de esta entrada.
Bélgica se divide en dos grandes regiones: Flandes al norte y la región valona al sur. Enclavada en Flandes pero con autonomía propia como región, nos encontramos con la región de Bruselas-Capital. Las regiones son los entes que ostentan competencias exclusivas (entre otras) en economía, empleo, agricultura, obras públicas, vivienda, turismo, energía y medio ambiente.
Junto con el sencillo mapa regional encontramos las comunidades lingüísticas, las cuales también son muy relevantes en la organización política del país. Las comunidades lingüísticas son: la flamenca, la francesa y la alemana. En Bruselas son cooficiales el neerlandés y francés por lo que están presentes ambas comunidades lingüísticas, en Flandes está la comunidad flamenca y en Valonia domina la comunidad francesa, salvo en el noreste de la región en la que se sitúa la pequeñísima comunidad alemana, que apenas representa al 1% de la población belga. Las comunidades lingüísticas son los entes que asumen las competencias de educación, cultura, empleo de idiomas y asistencia a las personas.
Este variado mapa lingüístico guarda algunas semejanzas con el sistema español en el que también tenemos la suerte de contar con un amplísimo abanico de idiomas. La gran diferencia es que en Bélgica no hay un idioma oficial para todo el territorio como ocurre en España con el castellano, de modo que nos podemos encontrar con belgas que optarán por mantener una conversación con sus propios compatriotas en inglés. Este escenario es algo improbable ya que el 70% de la población es bilingüe en los dos principales idiomas del país pero lo he podido presenciar en más de una ocasión y resulta bastante curioso.
En Flandes el uso del inglés está totalmente normalizado, una mayoría aplastante de los habitantes lo hablan con una fluidez inusitada y es sorprendente ver que incluso los más ancianos del lugar lo dominan a la perfección. El hecho de que las películas y series de habla inglesa no se doblen al neerlandés y el origen germánico de los dos idiomas ayudan a que el nivel medio de inglés de los flamencos sea excepcional. Por lo tanto, a la hora de elegir Lovaina o cualquier otra ciudad flamenca como destino Erasmus no os preocupéis por no conocer la lengua flamenca ya que podréis comunicaros con total normalidad en inglés. Eso sí, ¡no dejéis de aprender algunas nociones básicas de neerlandés! Los flamencos valoran mucho el hecho de que te dirijas a ellos en su idioma materno aunque luego acabéis conversando en inglés.
Me llamo Juan Pastor Merchante y tendré la suerte de ser el Corresponsal Erasmus en Lovaina entre febrero y junio de 2013. Tengo 22 años, soy de Madrid y estudio Derecho y Administración y Dirección de Empresas en la Katholiek Universiteit Leuven, aunque hasta este año lo venía haciendo en la Universidad Autónoma de Madrid.
Mi experiencia Erasmus en Lovaina comenzó en septiembre del año pasado por lo que ya casi me siento un lovaniense más. En estos meses me he impregnado de la ciudad y espero ser capaz de trasladaros la experiencia de un Erasmus en Lovaina de la forma más precisa posible.