Una cosa que me encanta de las ciudades de Flandes son sus canales. A cada ciudad que viajo me encuentro con esta estampa característica y preciosa que acompaña el paisaje.
A lo largo de los siglos se han excavado canales para orientar las aguas y proteger las tierras y las ciudades de baja altitud de los posibles efectos devastadores de las riadas, a la vez que se favorecía el transporte. Su apogeo tuvo lugar en el siglo XV, cuando las nuevas técnicas de construcción propiciaron un mayor uso de los antiguos canales ya construidos, y hasta el siglo XIX, con la llegada del motor a vapor y la mejora de los transportes por tierra, fueron unas de las vías preferidas de comunicación. Hoy en día en Flandes esto se ha traducido en una enorme red de cursos de agua aptos para la navegación.
Muchas ciudades están literalmente atravesadas por canales, como Brujas o Gante, siendo uno de los principales reclamos turísticos de éstas. En algunas de ellas se pueden dar paseos en barca mientras disfrutas de otra perspectiva de la ciudad. Además existen cruceros fluviales entre algunas de las principales ciudades, viajando entre los campos flamencos. Pero además del turismo y el transporte, los canales se utilizan hoy en día también para la práctica de deportes acuáticos (kayak, esquí acuático) y la pesca.
Algunos de los canales más importantes y curiosos de Flandes son los siguientes:
Canal de Leuven-Dijle: este canal que cruza Leuven fue construido hacia 1750 para servir de vía de transporte a las cervecerías de la zona. Tiene una longitud de 30 km por el río Dijle, llegando a la ciudad de Mechelen y accediendo al río Escalda.
Canal de Bruselas-Charleroi: a lo largo de sus 75 km une la zona valona (Charleroi, Namur, Lieja) y la flamenca, hasta llegar a Amberes pasando por Bruselas. Es uno de los principales canales de Bélgica.
Canal Albert: otro de los canales más importantes del lugar, construido después de la Primera Guerra Mundial para unir las acerías flamencas con las regiones productoras de carbón valonas. Une Namur y Lieja con Amberes y el mar del Norte. Durante la Segunda Guerra Mundial fue un punto estratégico de gran valor para controlar la zona de Bélgica y el norte de Francia.
Canal de Balduino: conecta el puerto interior de Zeebrugge (que viene a ser el moderno puerto de Brujas) con el centro de esta ciudad.
Canal del Centro: es uno de los canales más famosos del país, debido a su sistema de ascensores para barcos con los que llegan a salvar una altura de 68 metros. Por este motivo fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Hoy en día está dedicado principalmente al turismo. Tiene una longitud de 21 km y se encuentra en el centro del país, cerca de Bruselas.
Canal Damme: este canal conecta Brujas con Holanda, y fue uno más de los construidos por Napoleón Bonaparte para transportar sus tropas evitando el bloqueo británico que existía por mar.
Canal Lieve: es uno de los canales más antiguos de Flandes, ya que data del siglo XIII. Fue la primera vía fluvial que unió Gante con el mar del Norte. Tuvo una gran importancia en el apogeo de esta ciudad durante el Medievo, hasta que las ciudades de la zona fueron perdiendo importancia económica.
Canal de Leopold y canal de Schipdonk: estos dos canales unen las zonas nororiental y noroccidental de Flandes. Se consideran “canales gemelos” pues transcurren durante unos 20 km en paralelo, y han recibido los sobrenombres de “el intermitente” y “el maloliente”, respectivamente, pues el primero se detiene casi al llegar a Gante y el segundo está muy contaminado por las industrias de la zona. Ambos jugaron un papel muy importante durante la Segunda Guerra Mundial.
Y estos son solo algunos de ellos… Visitarlos y recorrerlos es uno de los principales atractivos turísticos de Flandes hoy en día, y como ya he comentado, una parte imprescindible de su paisaje. No te los pierdas!