Estoy muy orgullosa de poder decir que la ciudad en la que vivo fue la ciudad de este genio, que paseo por las mismas calles que él y que dejó una huella muy grande en la capital belga.
René Magritte nació el 21 de noviembre de 1898 en Lessines, Bélgica, y murió el 15 de agosto de 1967 en Bruselas. Es considerado como uno de los pintores más importantes del siglo XX, especialmente conocido por sus juegos de imágenes, palabras y conceptos.
Magritte dotó al Surrealismo de una carga conceptual basada en el juego de imágenes ambiguas y su significado denotado a través de palabras, poniendo en cuestión la relación entre un objeto pintado y el real.
Podemos dividir la obra de Magritte en varios periodos, aunque su estilo particular fue llamado, a partir de 1926, realismo mágico:
– 1915: Impresionismo, primeras obras
– 1920-1924: influencias del Cubismo, el Orfismo, el Futurismo y el Purismo
– 1926: se aleja de todo lo anterior, influencias de Giorgio de Chirico
– 1927: Surrealismo
En Bruselas existen dos sitios principales donde se puede admirar la vida y la obra de Magritte: el Museo Magritte y la Casa Magritte
El Museo Magritte se encuentra dentro del Museo de Bellas Artes, en el Mont des Arts, y solo cuesta 2 euros para los estudiantes. Abre todos los días hasta las 17:00 menos los domingos, y en él se encuentran muchas de las obras del autor, expuestas cronológicamente junto con otros documentos personales y citas célebres del pintor a lo largo de varios pisos del museo.
La Casa Magritte se encuentra en la comuna de Jette, en la Rue Esseghem 135, y abre de miércoles a domingo de 10 a 18. La casa de Magritte constituyó el cuartel general de los surrealistas belgas. Fue allí donde el artista realizó la mitad de su producción artística. Además del apartamento amueblado y del taller en el jardín, en sus 19 salas se exponen obras originales y un sinfín de objetos personales.
Soy María Ballesteros, vuestra nueva corresponsal en Bruselas. Estudiaré cuarto de Traducción e Interpretación en la Haute École Francisco Ferrer (HEFF) hasta (mínimo) febrero. El amor de mi vida son los viajes, y por eso hace un año más o menos decidí que quería pasar una buena temporada fuera de España, conocer otro país y gente nueva y vivir una experiencia inolvidable. ¿Y qué mejor que una beca Erasmus?
Desde el principio lo tuve claro; quería que mi destino fuera Bruselas. ¿Por qué? Porque es la capital europea por excelencia, está en el centro de Europa y te permite viajar barato a muchísimos sitios, es muy cosmopolita, allí nadie es extranjero, tiene un ambiente inigualable, está lleno de estudiantes universitarios (especialmente Erasmus)… y paro ya, que si no, no acabo nunca. No quería otro destino y al final, después de mucho papeleo, aquí estoy!