Miles de luces adornan las calles de Amberes y del resto de ciudades de Bélgica, las tiendas se decoran para las próximas fechas y los niños se portan mejor que nunca porque…¡ya llega la navidad!, y para mi sorpesa mucho antes que en España. La primera celebración típica para los belgas es el día 6 de Diciembre es la Fiesta de San Nicolás y os preguntareis ¿ y ese señor quién es?, pues no os preocupeis que os lo cuento.
En el siglo IV, Nicolás era obispo de la ciudad de Myra, en Turquía, y tenía fama de ser muy bueno con los niños. Según una antigua leyenda, San Nicolás hizo resucitar a tres niños que anteriormente habían sido cortados en trozos, para comérselos. Hay otra historia también que cuenta que un padre en apuros económicos con tres hijas, recibio dinero que San Nicolás había tirado hacia la ventana para ayudarlos. Pero no sería la única vez que haría regalos, porque se dice que el obispo viajó desde España a los Países bajos y en su trayecto iba tirando regalos por la chimenea de las casas para todos los niños. Esto explicaría al tradición de colgar calcetines en las ventanas y recibir ahí los regalos.
Pero San Nicolás no va solo, le ayuda su fiel acompañante “Pieterknecht“, traducido al español como “Criado Pedrito”. Él será quien le ayude a llevar el saco de regalos y descender por las chimeneas para dejarlos en los hogares de todos aquellos niños que se hayan portado bien. El obispo, además, se transporta en un caballo blanco, aunque al parecer originalmente era un burro.
Aunque existen varias diferencias, lo cierto es que San Nicolás sirvió de origen al mito de Santa Claus. En norteamericana, concretamente en Nueva Ámsterdam (hoy en día llamada Nueva York), era una colonia holandesa, y se celebraba la fiesta de San Nicolás. Sin embargo tiempo después los ingleses adaptarían el nombre llamándolo Santa Claus y cambiando su procedencia, en vez de Myra, vendría del Polo Norte, y se transportaría en un trineo con renos en vez de un caballo blanco, además de otras muchas cosas.
Lo cierto es, que la imagen de Santa Claus se ha extendido tanto que muchas familias belgas también celebran su llegada el 25 de Diciembre. Por otro lado, el día de Reyes no es festivo en Bélgica, pero se come un pastel especial llamado “savoy”, que es un bizcocho con un haba en el interior para coronar rey a quien la encuentre. Así que el 6 de diciembre me levantaré a ver si San Nicolás también se ha pasado por mi casa, aunque no tenga chimenea y tal vez no me conozca demasiado por eso de ser Española.
Por otro lado estoy emocionada con el tema del mercado en Grote Markt en Amberes, me han hablado tantísimo de él que tengo muchas ganas de verlo por fin y sentir todo ese espíritu navideño que aquí cobra más sentido al tener una temperatura más adecuada para éstas fechas, al contrario que en tenerife. Éste año podremos darnos un paseo por él desde el 8 de diciembre hasta el 6 de enero, y además de poder comprar algún regalo en los puestos de madera, ¡habrá una pista de hielo para patinar!
Aquí como en la mayoría de sitios, en nochebuena y navidad las familias se reúnen para cenar y comer, y al parecer uno de los platos estrella es el pavo relleno y la “bûche de Noël”, que es un pastel hecho con crema. Es tradición también, que una vez hayan comido salgan todos juntos a patinar. En nochevieja también se reúnen y brindan por el nuevo año que comienza.
Yo no sé vosotros, pero yo ya tengo muchas ganas de que lleguen éstas fechas y poder disfrutar parte de ellas con mis amigos de Amberes
Soy Andrea, una asturiana que vive en la calurosa isla de Tenerife, y durante los próximos meses seré ¡la nueva corresponsal Erasmus en la ciudad de Amberes!
Nunca me había planteado seriamente el tema de solicitar una beca Erasmus, sin embargo, tuve una corazonada, y supe que me iba a venir muy bien salir al extranjero en mi último año de Bellas artes y que seria una experiencia muy enriquecedora.
A pesar de estar estudiando diseño durante los tres últimos años, la fotografía de moda es mi pasión, por lo que fue toda una sorpresa ver que en mi universidad se ofertaba como destino la ciudad de Amberes, conocida por ser una ciudad moderna y cosmopolita donde la moda y el diseño ocupan un lugar muy importante. La gente me había hablado maravillas de la ciudad y no tardaron mucho en convencerme, así que después de mucho trámite y papeleo ¡por fin estoy aquí!