¡¡¡POR FIN!!! por fin ha nevado en Amberes, y aquí una no puede ser más feliz por ello. Antes de irme a España a pasar parte de las navidades, ya nos habiamos levantado por la mañana con algunos tejados cubiertos por una fina capa de nieve que no llegaba nunca a cuajar y que a las dos horas, ya se había derretido por completo. Aún así la emoción fue muy grande, pero nada en comparación con lo que vivimos hace dos noches.
Había estado mirando la predicción del tiempo durante toda la semana pasada y según mi aplicación de móvil ésta semana iba a nevar, por lo que estuve esperando este momento con mucha ansia. Cuando vimos caer los primeros copos de nieve la emoción comenzó pero pensamos que tardaría mucho en cubrir el suelo y dejar una gran capa de nieve blanca, o que incluso todo sería una falsa alarma y nos quedaríamos con las ganas. Pero no pude equivocarme más, de repente levante la mirada del portátil y vi los grandes copos que caían sin cesar y al asomarme por la ventana el suelo estaba completamente cubierto de nieve. Bajé corriendo las escaleras de casa con mis compañeros de piso, y por fin, y por primera vez en toda mi vida ( excepto cuando era muy pequeña y vivía en Asturias, pero no lo recuerdo) pisé la nieve, tan esponjosa y reluciente como me había imaginado.
Las peleas de bolas de nieve y los ángeles en el suelo hechos con nuestros cuerpos no tardaron en llegar. Vivimos el momento plenamente y para dar más énfasis a la situación decidimos hacer un pequeño muñeco de nieve. Cuando dejamos de sentir nuestras manos supimos que era el momento de volver a casa y seguir mirando por la ventaña.
Al día siguiente me levante entusiasmada con la idea de salir a sacar fotos. Las calles me resultaban completamente distintas, como si las hubieran cambiado. El paisaje era completamente distinto, y había un silencio extraño para ser pleno día en el centro de la ciudad. Solo escuchaba algunas de las escobas que pasaban en la entrada de los bares y restaurantes para quitar la nieve. Al llegar al río escalda me encontré con un paísaje de lo más idílico y a la vez meláncolico, y me entretuve pisando la nieve virgen y viendo mis pisadas detrás mientras caminaba.
Es curioso pensar que en el poco tiempo que llevo aquí, he vivido distintas estaciones del año que han cambiado la imagen de Amberes completamente, pero siempre con un punto muy especial. No obstante, para mí, que vengo de Tenerife, un lugar donde el invierno tiene de media unos 20 grados, ésta época del año en Amberes y con tal capa de nieve cubriéndolo todo será una de las imagenes que recordaré con más cariño.
Soy Andrea, una asturiana que vive en la calurosa isla de Tenerife, y durante los próximos meses seré ¡la nueva corresponsal Erasmus en la ciudad de Amberes!
Nunca me había planteado seriamente el tema de solicitar una beca Erasmus, sin embargo, tuve una corazonada, y supe que me iba a venir muy bien salir al extranjero en mi último año de Bellas artes y que seria una experiencia muy enriquecedora.
A pesar de estar estudiando diseño durante los tres últimos años, la fotografía de moda es mi pasión, por lo que fue toda una sorpresa ver que en mi universidad se ofertaba como destino la ciudad de Amberes, conocida por ser una ciudad moderna y cosmopolita donde la moda y el diseño ocupan un lugar muy importante. La gente me había hablado maravillas de la ciudad y no tardaron mucho en convencerme, así que después de mucho trámite y papeleo ¡por fin estoy aquí!