¡Aupa a todos!
Estas últimas semanas he hablado largo y tendido sobre una gran variedad de temas relacionados con el ciclismo de Flandes: rutas icónicas, historia, enseñanza a los más pequeños, etc. Pero hoy vengo a hablaros sobre un binomio muy presente en la región flamenca de Bélgica: el ciclismo y el café. ¿Quieres saber más sobre este dúo? ¡Sigue leyendo y lo descubrirás!
En anteriores posts de otros compañeros, se ha comentado que la combinación del cicloturismo y la cerveza es una costumbre muy extendida por todo Flandes. Sin embargo, pese a que esta es la tradición más conocida, el hábito de beber café es otra seña de identidad del ciclismo. Pero, ¿por qué está tan extendida esta costumbre?
Primero, la perspectiva sobre la práctica del ciclismo puede variar en función de la persona: para unos será una vía para entrenar y mejorar su rendimiento, ciñéndose únicamente al pedaleo y a completar la ruta; para otros, una afición y un medio para disfrutar del entorno y la actividad física. Para estos últimos, la experiencia cicloturista no sólo se basa en la actividad sobre dos ruedas. Además de ello, la ruta suele contar con momentos para detenerse, apreciar el paisaje -y sacar alguna foto-, conversar con los compañeros de viaje, etc., y claro está, acabar la aventura con un café. Dicho de una forma, es un premio o una bonita forma para redondear el día tras el esfuerzo de la ruta: sentado, cómodo, junto con los amigos, y con la cálida compañía de una buena taza de café.
Asimismo, otra razón para visitar cafeterías en los trayectos en bici es el efecto estimulante que produce la cafeína. A la hora de hacer una salida en bici, muchos aficionados afrontan rutas de decenas -a veces cientos- de kilómetros, que además del esfuerzo físico, suponen un desgaste mental destacable. Para compensar esta fatiga, a mitad de ruta, muchos visitan la cafetería más próxima. Esta parada, además de servirles como una pausa para relajarse, resulta beneficioso para reponer energías, y así afrontar los próximos kilómetros. De hecho, en los meses de invierno, donde las salidas ciclistas suelen caracterizarse condiciones climáticas adversas, tomarse el café a mitad de ruta proporciona una sensación de calidez y confort.
Igualmente, muchas modalidades deportivas cuentan con rituales pre- y post-práctica: rezar, escuchar música, saludos específicos con compañeros, etc. El ciclismo, pues, no es menos: algunos, previamente, disfrutan de una taza de café antes de salir, preparándose mental y físicamente para el viaje; otros, tras acabar, celebran sus logros en cafeterías, compartiendo historias y reflexionando sobre la experiencia mientras disfrutan de un buen café.
Además, si bien antes os comentaba la costumbre de beber cerveza, decantarse por el café antes que por el alcohol puede ser por una razón de salud. Por ejemplo, para ciclistas de alto nivel cuyo enfoque es el rendimiento óptimo, el alcohol puede resultar ser un factor contraproducente para su desempeño, por lo que eligen el café como broche de la actividad.
Por último, aunque no sea una razón propiamente dicha, el café es una tradición ciclista per se. El café ha sido parte de la cultura ciclista, adoptándose como una tradición en eventos, competiciones y salidas informales. Y, es por eso que hoy en día numerosos ciclistas practican esta costumbre.
Teniendo en cuenta esta hábito de la comunidad ciclista, las cafeterías de Flandes no han dudado en modificar su decoración, transformándolas literalmente en museos ciclistas. Muchas de ellas adornan el establecimiento con decorados vintage: bicicletas antiguas, maillots de décadas pasadas, gorras, etc. ¡No hay rincón de estas cafeterías que se resista al vibe ciclista! Si queréis conocer las cafeterías más carismáticas de Flandes, no dudéis en ojear los locales ciclistas de comida y bebida, ¡y así hacerles una visita en vuestra próxima escapada en bici!
De hecho, como curiosidad, en mi primera semana en Lovaina, durante la semana de orientación, recuerdo haber visto al sprinter belga Jasper Philipsen en la cafetería Noir Coffeebar, una cafetería muy visitada por ciclistas en Lovaina.
¡Hasta el próximo capítulo de esta historia!
Un saludo,
Aimar Alzuguren
Actualmente estoy realizando los estudios de Erasmus en la ciudad de Lovaina, en la facultad de Movement and Rehabilitation Sciences de la KU Leuven. Sin embargo, en España curso una doble titulación de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte y Fisioterapia.
De hecho, mi afición por el deporte, el ejercicio físico y las actividades en el medio natural fueron los motivos principales para postularme a la sección de “Naturaleza, Parques y Cicloturismo”. Además de estas aficiones, disfruto mucho con los encuentros y charlas con los amigos, y me apasiona viajar por la variedad de culturas, sitios e idiomas que permite conocer.