Justo al inicio de Bondgenotenlaan, en constante diálogo con el Ayuntamiento de la ciudad al otro extremo de la gran avenida la estación de tren de Lovaina nos espera y nos recibe, siendo la puerta de la ciudad universitaria.
No solo acoge trenes, sino que también actúa como estación de autobús, y tomó coherencia en el conjunto urbano de la mano del arquitecto español Manuel de Solà-Morales. Cuenta con numerosos accesos, tanto subterráneos como a nivel de calle – no podemos obviar el contacto tan fluido y sencillo con la ciudad desde que nos bajamos del tren y accedemos casi por cualquier lugar a Martelarenplein –, además de una esmerada cubierta de estructura muy pura, que nos guarece del temporal cambiante del norte.
En Bélgica, moverse está al orden del día, y como sabréis existe una eficaz red de trenes que nos llevarán a cualquier punto del país fácilmente. Pero para aquellos que quieran tener a mano las conexiones más frecuentes, que sigan leyendo:
Antes de nada, no todos los trenes son iguales, nos encontramos con trenes IC (los más rápidos entre grandes ciudades, InterCity), IR (conectan pequeñas ciudades o pueblos con otras de mayor tamaño, InterRegio), y L (hacen numerosas paradas a lo largo del recorrido, Large). Una vez conocido este confuso dato:
– Bruselas: 20 minutos.
– Amberes: 1hora y 13 minutos.
– Gante: 1 hora y 5 minutos.
– Brujas: 1 hora y 30 minutos.
– Malinas: 50 minutos.
– Hasselt: 45 minutos.
– Cortrique: 1 hora y 35 minutos.
Si tenéis alguna duda a la hora de elegir el trayecto, cualquier revisor o asistente de la estación podrá ayudaros con ello amablemente, e incluso os facilitarán un impreso con los datos del viaje.
¡Nunca fue tan fácil conocer Flandes!