Si vivís en Flandes, os habréis dado cuenta de que este ultimo mes el supermercado está repleto de espárragos, y es que estamos en la temporada de esta verdura. Pero aquí, los espárragos son mucho más que un vegetal: son todo un orgullo belga. El espárrago blanco es el más popular, de hecho, la denominación espárrago de malinas (mechelse asperge) está protegida y existe un gran comercio alrededor de esta ciudad.
Los espárragos son el fruto del trabajo de los agricultores locales y muy buenos para la salud. Contienen una gran variedad de vitaminas, antioxidantes y fibra. Además, tienen propiedades antiinflamatorias y antioxidantes que protegen contra las enfermedades cardiovasculares, evitando el depósito de colesterol en las arterias. Algunos estudios recientes también demuestran que aumentan la serotonina, la hormona de la felicidad.
Los encontraréis blancos, verdes y, ocasionalmente, morados. Pero, ¿cuál es la diferencia entre estas tres variedades?
Aunque probablemente creáis que son especies distintas, la diferencia radica exclusivamente en la cantidad de exposición al sol. Mientras los espárragos verdes se cultivan al aire libre, los blancos se cultivan bajo tierra y se recogen cuando empiezan a emerger ligeramente del suelo. Por otro lado, los morados se comienzan cultivando bajo tierra y se dejan crecer un par de centímetros del suelo.
La temporada exacta del espárrago es desde abril hasta finales de junio. Muchos productores tienen venta directa al público, y os aseguro que no vais a encontrar espárragos más frescos y sabrosos que estos. He estado investigando un poco sobre los productores locales y hay una infinidad, a continuación os dejo un mapa que he preparado con los más importantes y a los que podéis acudir directamente a comprar:
Soy Soledad Mínguez y vengo de un pequeño pueblo en Castilla La Mancha, aunque he estudiado en Valencia; una ciudad bastante acogedora, verde y bonita, por cierto. Actualmente, me encuentro cursando mi último año de Máster en Ingeniería Aeronáutica de la Universitat Politècnica de València y gracias al programa Erasmus puedo disfrutar de este año en Bruselas.
Bruselas goza de una mala fama inmerecida: es aclamada por muchos turistas como ciudad sucia, fea, con poca vida nocturna y escasa oferta cultural. Llevo en la ciudad ya cinco meses y estoy aquí para demostraros lo contrario, es un lugar que tiene mucho que ofrecer. Pero no sólo hablaremos aquí sobre Bruselas, sino de toda la región de Flandes.
Durante los próximos meses compartiré con vosotros todas mis aventuras y aquellas cositas que he ido descubriendo. Mi principal objetivo es transportaros a la cultura flamenca, y ojalá, animaros a visitar esta maravillosa región. Juntos descubriremos la gastronomía típica de la región de Flandes, os conseguiré los mejores truquitos y compartiré las recetas, para que vosotros también podáis degustarlas aun estando tan lejos. ¡Pero no todo queda ahí!, también conoceremos a artistas y estilistas belgas, adentrándonos en el mundo de la moda flamenca y su historia.