A estas alturas todos conoceréis la famosa Pelgrimstraat, atestada de restaurantes que vuelcan sus ventanas a la calle por la que cientos y cientos de ciudadanos hambrientos pasean tratando de escoger el local que mejor saciará sus deseos. Pero ¡ay, qué complicado es decidirse!
Sin embargo, si os encontráis en esta tesitura y os decidís a entrar en Mizuchi, podéis estar tranquilos, ¡es una apuesta segura!
Se trata de un restaurante contemporáneo con un toque oriental-vietnamita, que se traduce en unos platos exóticos exquisitos. Noodles orientales, sopa miso, rollitos vietnamitas… cada combinación es excelente tanto en presentación como en sabor. Y por supuesto, ¡tienen sushi!
No pasan más que unos segundos desde que la barca repleta de sushi sale de la cocina hasta que aterriza sobre la mesa, pero os parecerá toda una eternidad tras comprobar la calidad de las piezas a las que me refiero. Se ve bien, ¡pero sabe mejor!
Todas estas delicias para el paladar se cocinan bajo el techo de un antiguo caserón que, más que el estilo clásico belga, recuerda a una antigua vivienda valenciana, con una portalada para dar la bienvenida a un amplio corredor, que conduce a un pequeño patio interior donde disfrutar de un café bajo las tardes de sol, o apurar una copa de vino en una noche de verano.
A continuación os dejo el enlace a la página web oficial de Mizuchi, donde podéis consultar la variedad que ofrece su carta.