Seguramente, Brujas sea la ciudad más conocida de Bélgica, y no me extraña. Brujas es una ciudad preciosa, a poco más de una hora de Bruselas, que te enamorará desde el momento en el que salgas de la estación.
Lo único malo es que, precisamente por su atractivo turístico, las manadas de turistas que van al centro pueden agobiar un poco. Mi consejo es intentar ir por libre y alejarse un poco del centro turístico; la parte de detrás de la Grand Place es preciosa y mucho más tranquila.
Al no ser una ciudad muy grande, Brujas es ideal para una escapada de un día o de un fin de semana, y su atmósfera de cuento la hace ideal ideal para ir con niños o en pareja.
Como ya he dicho, lo mejor es ir paseando y dejándose perder por sus calles, pero algunos de los sitios que no te puedes perder son:
- Het Minnewater, el Lago del Amor, que te encontrarás nada más salir de la estación
- Si sigues andando te encontrarás una zona con muchísimos cisnes, a la entrada de la ciudad
- Beguinage, un antiguo convento medieval de monjas
- Onze-Lieve-Vrouwerkrek, iglesia donde se encuentra una Madonna de Miguel Ángel
- La Catedral de San Salvador, mucho más impresionante por fuera que por dentro
- Grote Markt, impresionante, y en la que ahora mismo hay un mercadillo de Navidad con pista de patinaje incluida
- Burg, otra plaza en la que tendrás que encontrar la rana y besarla para que se convierta en tu príncipe o princesa ideal
- La Iglesia de Jerusalén
Estos son algunos puntos concretos de la ciudad flamenca, pero lo más bonito es el ambiente, su atmósfera, que hace de la ciudad una de las más encantadoras de Europa, sus casitas, sus canales y sus iglesias medievales.
Brujas no se puede describir, es un lugar al que hay que ir. Aquí os dejo un vídeo de mi paseo por la ciudad para que os hagáis una idea de lo que os perdéis si no vais, espero que os guste:
Soy María Ballesteros, vuestra nueva corresponsal en Bruselas. Estudiaré cuarto de Traducción e Interpretación en la Haute École Francisco Ferrer (HEFF) hasta (mínimo) febrero. El amor de mi vida son los viajes, y por eso hace un año más o menos decidí que quería pasar una buena temporada fuera de España, conocer otro país y gente nueva y vivir una experiencia inolvidable. ¿Y qué mejor que una beca Erasmus?
Desde el principio lo tuve claro; quería que mi destino fuera Bruselas. ¿Por qué? Porque es la capital europea por excelencia, está en el centro de Europa y te permite viajar barato a muchísimos sitios, es muy cosmopolita, allí nadie es extranjero, tiene un ambiente inigualable, está lleno de estudiantes universitarios (especialmente Erasmus)… y paro ya, que si no, no acabo nunca. No quería otro destino y al final, después de mucho papeleo, aquí estoy!