Para aquellos que tengan decidido visitar el símbolo de la capital belga y quieran rentabilizar un poco el viaje hasta Laeken, este recorrido turístico os permitirá visitar el parque de atracciones Bruparck, el espacio The Village, y los cines Kinépolis.
Os recomiendo comenzar el recorrido en el Atomium, e intentar madrugar para llegar antes de las once de la mañana. Su página web anuncia (a titulo meramente indicativo por supuesto) las franjas horarias más recomendables de visita teniendo en cuenta la afluencia habitual. La entrada al Atomium son once euros, con descuento si disponéis de la BrusselsCard, aunque una vez allí podréis comprar un ticket combinado si queréis probar alguna de las atracciones de Bruparck.
Dentro del Atomium podréis visitar prácticamente todas sus esferas (salvo tres, las llamadas “técnicas”, y aquella que acoge eventos), donde se instalan los dos tipos de exposiciones: la permanente y la temporal.
La exposición permanente es a mi juicio aquella que justifica la visita al interior de la estructura. Esta última retraza la historia de la construcción, empezando por la expo del 58, el acontecimiento que justifica su creación. El evento, que tuvo lugar después de la IIa guerra mundial, pretendía reunir a todos los países ofreciendo una visión optimista acerca del futuro que esperaba a aquellas sociedades. ¿Por qué el átomo? Parece ser que el tema de la Exposición universal de 1958 fue la Ciencia, lo que llevó a idear esta forma de magnificar el átomo y sus aplicaciones. En realidad se ofrecen varias explicaciones, como que su creador, André Waterkeyn, se basó en el programa “Atoms for Peace” del presidente Eisenhower para su proyecto, concibiendo una representación de la energía atómica que simbolizase una fuente de energía pacifica.
Sea como fuere esta no fue la primera idea para la Expo, y la exposición permanente muestra los bocetos de algunas ideas previas:
Para terminar, los objetos conservados de la Expo son interesantes y merecen la pena. Desde entradas y carteles publicitarios hasta fotos de las famosas azafatas que acogieron al público, e incluso folletos de los demás países participantes para promocionar su pabellón en el evento.
Para acabar vuestra visita en el Atomium, no os olvidéis de acercaros al mirador al que se accede por ascensor hasta la esfera más alta…
… y disfrutad de los trayectos entre esferas:
Una vez visitado el Atomium aprovechad el día y acercaos a Bruparck. En este parque de atracciones podréis hacer una pausa en la zona de restaurantes “The Village” para reponer fuerzas. Se trata de un lugar bastante turístico con cocinas muy diversas (belga, griega, española…).
Para continuar vuestro recorrido podéis aprovechar para visitar alguna de las atracciones del complejo Bruparck, como el parque acuático Océade o Mini-Europe, donde encontraréis representaciones de edificios emblemáticos de todas las ciudades europeas, algunas de ellas interactivas, donde podréis pulsar para oír el himno de un país o pedalear para que los barquitos avancen por los canales:
Para acabar vuestra excursión terminad con una película en el cine Kinépolis a la salida de “The Village”, donde con la tarjeta estudiante tendréis un 25% de descuento en las películas.
Si lo vuestro no son los parques, desde el Atomium podréis llegar hasta los Invernaderos Reales de Laeken (a visitar preferiblemente en mayo) y la Iglesia de Koekelberg, esta última muy recomendable y cuya reseña encontraréis en el blog