Amberes es una ciudad llena de mercados semanalmente. Hoy os vengo a hablar del mercado exótico. La cultura y gastronomía belga es digna de conocer pero si también te interesa conocer comidas de otros lugares del mundo, este mercado es tu sitio. Ya que no se pueden coger aviones ahora mismo, puedes viajar desde tu paladar.
Esta semana he visitado el Exotic Market donde van muchos turistas pero también locales a descubrir un poco. Tienes puestos de comida de Marruecos, de Turquía, de Vietnam, del Tibet, de Italia, etc. Puedes encontrar fruta, verduras, y también flores.
Por ejemplo, hay un puesto de croquetas típicas belgas con queso o gamba. Una cosa que me encantó a mi fue la cantidad de aceitunas que vi. Diferentes estantes llenos de diferentes tipos de aceitunas y de muchos colores. Mirad:
También había puestos de bebidas y hasta puedes tomarte una copa de Cava mientras te sientas a ver la gente pasar. Suena a ‘planazo’. Hasta vi un queso gigante que estaba en venta.
La parte de la gastronomía está en el Theaterplein y luego bajando por Oudsevaartplaats te encuentras con un mercadillo y unos puestos de unas flores preciosas. Paseamos por todo esto y luego nos fuimos a comer unos fideos con verduras del Tibet que estaban riquísimos. Ah, y me enamoré de todos los CDs que había en este estante de la fotografía siguiente, algunos un poco antiguos pero qué pasada.
Este mercado se da los sábados y la verdad, qué maravilla de plan.
Espero que os guste.
¡Hasta pronto!
Carla Junyent
¡Buenas! Mi nombre es Carla Junyent, tengo diecinueve años y vengo de una pequeña ciudad cerca de Barcelona, llamada Igualada. Estudio Psicología en la Universidad Autónoma de Barcelona y a partir de ahora empieza la mayor aventura de mi vida. ¡Empieza mi Erasmus en Flandes!
Mis principales aficiones son la música en todas sus formas, el teatro y viajar. Durante años asistí a clases de canto y de interpretación, y ahora canto en un coro de mi ciudad. Hablo catalán, castellano e inglés, y estoy deseando aprender algunas palabras de neerlandés y francés. Siempre que he podido, me he escapado para poder hacer un pequeño viaje o alguna ‘aventurilla’. Por eso, cuando se me presentó la oportunidad de hacer un Erasmus, no lo dudé por un momento.
Al principio, no sabía mucho de Bélgica, pero había oído hablar muy bien de ella, de su cultura, arquitectura, de sus bicis… Me empecé a interesar por esta opción de Erasmus y supe que tenía que hacerlo. Y ahora, ¡aquí estoy!