Mientras admirábamos los diferentes edificios de la Plaza de San Bavón e intentábamos pegar el oído a una guía de un grupo de españoles, un simpático hombre mayor se nos acercó y empezó a conversar con nosotros. Se veía que estaba jubilado y que había viajado mucho. Nada más que le dije que era de Sevilla me hizo un repaso de los últimos alcaldes que han gobernado la ciudad, los principales artistas y muchas cosas más ¡me quedé impresionada!
Entre otras cosas, este gentil hombre me explicó que los bancos que había en la plaza habían sido traídos desde Sevilla. Al parecer, estos bancos sirvieron de descanso a los visitantes del pabellón de Bélgica de la Exposición Universal de Sevilla en el año 1992. Yo tenía cinco años cuando se celebró y fui varias a veces a visitarla. Quizás me senté allí alguna vez y ahora después de dieciocho años nos volvemos a encontrar ¡Qué pequeño es el mundo!
MARÍA
2 comentarios
Que curiosidad tan bonita! Qué pequeño es el mundo y qué grande fue la gran Exposición de Sevilla, quién volviera para disfrutarla…!!!
Curiosa anécdota y de verdad que pequeño es el mundo.
Saludos.