Aunque mi tiempo en Bruselas no termina con este mes, sí terminarán mis posts aquí. ¡Espero que los hayáis disfrutado, y os hayan sido muy útiles! 😊 Para recordar mi paso por el blog, y mis primeros meses en Flandes, os traigo hoy mis favoritos de Flandes (de momento, claro). En esta primera parte: una cerveza, una ciudad, un dulce, una fecha y un parque que me han conquistado un poquito más que el resto.
Empezamos por el principio:
Una cerveza…
En estos meses, me he esforzado para no repetir cervezas, precisamente para poder probar la mayor cantidad posible. A veces, directamente probaba las de mis amigos, sobre todo si eran marcas desconocidas todavía. Quizás mi opinión esté sesgada por el hecho de que no me gusta el sabor de la cerveza como la conocemos en España, prefiero que sea suave o se complemente con otros sabores. En mis artículos de catas de cervezas (rubias, oscuras y especiales) os comparto un poco más sobre cómo viví esta experiencia.
Sin duda, mi favorita la descubrí en Brujas, ya que es natural de allí. Se trata de la Bourgogne de Flandres, fabricada actualmente por la empresa John Martin. No es una cerveza oscura, ni roja, sino una mezcla 50-50. De hecho, sigue la tradición flamenca de mezclar cervezas añejas y jóvenes para alcanzar un sabor único con matices óptimos. A mí me ha cautivado totalmente, porque ni siquiera me imaginaba que una cerveza pudiera ser así.
Una ciudad…
Amberes. Aquí sí titubeo un poco, ya que comparar ciudades es injusto, y no me gusta dejar al resto fuera. Pero Amberes tiene algo especial. Se siente una ciudad flamenca típica, pero ha dejado de ser un pueblo o un casco histórico bonito y “de cuento” para convertirse en una localidad polifacética y viva, con su Grote Markt tan encantadora como todas, calles empedradas, fachadas típicas… Sin dejar de lado la modernidad, reflejada en la moda y los diamantes, las calles de tiendas, los museos nuevos, las construcciones innovadoras, el puerto.
No tenía expectativas cuando fui, y he acabado repitiendo. Una ciudad rompedora, con mucho carácter y para todos los gustos.
Un dulce…
Una decisión muy complicada, muchísimo… Y muy personal. A mi gusto tengo que decir que dejo (con mucho dolor) los pralines, el chocolate y los gofres atrás para quedarme con las speculoos. Estas galletas lo tienen todo, no son ni demasiado dulces ni sosas, se pueden comer solas o acompañadas de un café o chocolate caliente, las sirven en las cafeterías y están en los supermercados…
Ya las había probado antes en España, pero después de estos meses quiero que me sigan acompañando (a mí y a mis cafés) toda la vida. Sí, esta es mi declaración de amor, jajaja 😉
Una fecha…
Esta vez lo tengo clarísimo, con una puntualización, y es que solo llevo desde septiembre en Flandes. Cuando haya pasado un año entero aquí, podré juzgar con total convicción, pero desde luego son las Navidades.
Como las Fallas en mi Valencia, no se trata de una fiesta aislada de unos días, sino que se hace con la ciudad y sus habitantes durante más de un mes. Ya desde finales de noviembre, las calles se iluminan, hace frío pero la gente sale, el aire huele dulce, todo se llena de árboles y brillos… La Navidad se toma en general muy en serio en Europa Central con los mercadillos, pero al ser mi primera experiencia aquí, no olvidaré jamás cómo se siente el espíritu navideño de verdad, envuelto en abrigo y bufanda para tomar unos beignets de Noël recién hechos en la calle.
Un parque…
Aunque me cuesta dar de lado el magnífico arco y el túnel tan bien disimulado del parque del Cinquantenaire, mi corazón se lo quedó el pequeño parque Léopold en el distrito europeo. Justo detrás del Parlamento, no esperarías encontrarte un pequeño parque con colinas, un estanque con patos, un trozo del muro de Berlín, una pista de básquet, un museo y hasta un instituto.
¡Este pedacito verde del Barrio Europeo es una caja de sorpresas! Sus ondulaciones te sacan por un momento del frenesí de las calles circundantes, de hecho siempre verás a personas leyendo en algún banco, haciendo deporte (incluso yoga o taichi) o comiendo algo en este entorno tan curioso.
Ya tenéis 5 de mis favoritos de Flandes, pero os reservo unos cuantos más para el siguiente post.
¡Nos leemos pronto!
Me presento, me llamo Julio Yustas, tengo 23 años y voy a ser parte del equipo de corresponsales que, durante el próximo semestre, va a intentar que disfrutéis de Flandes al menos tanto como nosotros.
Vengo de Valencia, donde estudio el Máster de Ingeniería Industrial en la Universitat Politècnica de València. Durante los dos próximos años, disfrutaré de Bruselas gracias a un acuerdo de doble titulación por el que estudiaré el Máster en Ingeniería Electromecánica en la Université Libre de Bruxelles (ULB).
Me considero una persona bastante proactiva y es difícil que no me encontréis embarcado en alguno de mis múltiples proyectos. Mi tiempo libre lo dedico principalmente a pasar tiempo con mis amigos, viajar, la fotografía y la cocina.