Voy a empezar destapando un secreto (a voces) sobre mí: no me gusta la cerveza. Hasta hace unos años, nunca había sido capaz de terminarme un botellín. ¿Cuál fue mi primera cerveza? Efectivamente: una cerveza belga. Concretamente, una lambic con sabor a plátano y… ¡Me encantó!
Desde aquel momento, siempre le doy una oportunidad antes de rechazar una cerveza y he descubierto varias que no están nada mal, pero ninguna como aquella. Muy a mi pesar, entonces no estaba tan de moda eso de fotografiarlo absolutamente todo y no recuerdo la marca exacta de aquella cerveza afrutada y dulce que me maravilló.
Aquí es donde entra la buena noticia: ¡Empieza la 20ª edición del Fin de Semana de la Cerveza Belga! Desde hoy, hasta el domingo día 9 de septiembre, podréis disfrutar de las mejores cervezas del país en la Grand-Place de Bruselas, gracias al gremio cervecero La Chevalerie du Fourquet des Brasseurs et les Brasseurs Belges.
¡Yo no me lo pienso perder! Si alguno de vosotros va, podéis utilizar el hashtag #ErasmusBruselas para subir a vuestras redes vuestra cerveza belga favorita. Mi reto es encontrar mi lambic perdida.
Desde aquí quiero animar a todos los que, como yo, no os consideráis muy cerveceros, para probar una cerveza diferente a las habituales: ¡Una lambic, una trapense o la famosa Delirium Tremens! (Pero ojito, que la graduación es más alta que la de las cervezas que solemos tomar en España! Bebed con moderación
Y es que, como dice el refrán, nunca digas de esta cerveza no beberé