Aventureros!!!
El lunes 11 de noviembre de 2024 se celebra el “Día del Armisticio”, así que me ha parecido interesante hacer una ruta por los Campos de Flandes, en los que podemos ver trincheras, búnkeres, y conocer un poco la historia bélica de la región.
El armisticio, un acuerdo para poner fin a los combates de la Primera Guerra Mundial como preludio a las negociaciones de paz, comenzó a las 11 de la mañana del 11 de noviembre de 1918. Con el armisticio de Compiègne se quería poner fin a la que hasta el momento había sido la guerra más devastadora de la historia de la Humanidad.
La Gran Guerra fue un conflicto que sería la antesala de otro que, años más tarde, tendría aún consecuencias más terribles, la Segunda Guerra Mundial.
Algunas de las batallas más sangrientas de aquella guerra se libraron en los Campos de Flandes. Un millón de soldados murieron, resultaron heridos o desaparecieron. Ciudades y pueblos enteros fueron borrados del mapa.
La región conocida como los Campos de Flandes fue testigo de ello. En los Campos de Flandes el paisaje está plagado de cráteres, trincheras, búnkeres… Más de 100 años después de la guerra, siguen reflejando las atrocidades del pasado.
Mastenbos es una reserva natural de 178 hectáreas en Kapellen, que es una localidad de la provincia de Amberes.
Pero Mastenbos no es sólo naturaleza en su máxima expresión, sino que podemos encontrar docenas de búnkeres alemanes de la Gran Guerra, que proporcionaban refugio a los murciélagos durante el invierno. Aquí se encuentran 4,8 km de trincheras únicas del período 1914-1918.
En la ruta Loopgravenpad-Mastenbos podremos observar como el ejército alemán construyó una línea de defensa en plena guerra en el norte de la provincia de Amberes. Los alemanes querían protegerse contra el ejército aliado, ya que creían que avanzaría desde los neutrales Países Bajos. La propia construcción de la línea puede haber contribuido a garantizar que el ataque nunca se llevara a cabo.
El Camino de las Trincheras de Mastenbos me pareció, además de un recorrido en un entorno bellísimo, muy interesante y diferente. Adentrarte en búnkeres que tienen más de un siglo, recorrer las trincheras, parece que te transporta a otra época.
La violencia de la guerra dejó profundas cicatrices en el paisaje. Son recordatorios constantes de las explosiones de minas, las batallas y los bombardeos.
A continuación, os dejo un bellísimo poema, que simboliza el terror de la Primera Guerra Mundial. El 3 de mayo de 1915 el teniente coronel John McCrae, médico de origen canadiense que sirvió como cirujano en un hospital de campaña durante la Primera Guerra Mundial, y gran amante de la poesía, tras acudir al entierro de un compañero, escribió un poema que tituló «En los campos de Flandes» en el que mencionaba las amapolas que nacían entre las tumbas de los soldados.
«En los campos de Flandes
crecen las amapolas.
Fila tras fila
entre las cruces que señalan nuestras tumbas.
Y en el cielo aún vuela y canta la valiente alondra,
escasamente oída por el ruido de los cañones.
Somos los muertos.
Hace pocos días vivíamos,
cantábamos, amábamos y éramos amados.
Ahora yacemos en los campos de Flandes.
Contra el enemigo continuad nuestra lucha,
tomad la antorcha que os arrojan nuestras manos agotadas.
Mantenerla en alto.
Si faltáis a la fe de nosotros muertos,
jamás descansaremos,
aunque florezcan
en los campos de Flandes,
las amapolas».
La amapola es la flor que simboliza las víctimas de la Gran Guerra. Ya en la época napoleónica se había observado que los territorios que habían sido campos de batalla se cubrían de amapolas en primavera.
Al 11 de noviembre se le conoce como Poppy Day (Día de la Amapola). Durante el mes de noviembre, infinidad de personas lucen cada año una amapola en la solapa o en el pelo como homenaje a los soldados caídos.
Espero que os haya gustado.
¡Hasta pronto!
Aventureros!!!
Mi nombre es Daniel Modino Gutiérrez y los próximos meses seré vuestro corresponsal de Naturaleza y Cicloturismo. Me encargaré de enseñaros divertidas y bonitas rutas por Flandes.
Tengo 19 años, soy de León y estudio 3º de Criminología en la Universidad de Salamanca. Siempre he sido una persona en busca de nuevas experiencias y esta es una de las razones por las que haré mi Erasmus en Lovaina.
Además, soy un apasionado del deporte y la naturaleza, por ello os invito a que me acompañéis en lo que van a ser unos meses llenos de aventuras y experiencias.