Hemos ido al bosque
Nos enteramos de que iba a haber “algo” en el Forêt de Soignes o Zoniënwoud y allí nos plantamos sin pensarlo dos veces. Cogimos el tram 44 desde la estación de metro de Montgomery y nos bajamos, literalmente, en medio de la naturaleza.
Una vez allí, seguimos a la gente y nos adentramos por los senderos hacia el interior del bosque. Lo que nos encontramos fue un campamento, alejado de la civilización, en el que se sucedían obras de teatro más o menos improvisadas, juegos, conciertos y debates. Todo el mundo podía participar y aportar sus ideas. Conforme avanzaba la tarde, más gente llegaba con todo lo necesario para pasar ahí la noche. Comida, tiendas de campaña y algo de ropa de abrigo era suficiente para disfrutar de una velada en medio del bosque. Nosotros decidimos volver a la ciudad ya que no íbamos muy bien preparados, aun así pasamos una tarde inolvidable, creyendo haber viajado cientos de kilómetros para encontrar este asombroso lugar, la realidad es que está a 20 minutos de Bruselas convirtiéndose en uno de los grandes pulmones de la ciudad. Esto fue lo que vimos.
Soy Guillermo García, el nuevo Corresponsal Erasmus durante el segundo cuatrimestre. Tengo el placer de tomar el relevo a María, quién nos ha ido contando sus experiencias desde Septiembre a hasta Febrero. Desde ahora y durante unos meses, iré relatando aquí mis aventuras, viajes y experiencias en la región Flandes. Haré todo lo posible para que las entradas os resulten atractivas, útiles y curiosas para descubrir y visitar todos los rincones de la región de Flandes.
Mi aventura en este país comenzó en Septiembre del 2011, cuando me trasladé a Bruselas para realizar mis estudios de Biología en la Vrije Universiteit Brussel dentro del programa Erasmus. Para los que acabáis de aterrizar aquí, decíos que en Bruselas hay una gran cantidad de ofertas en cuanto al alojamiento, los kots y pisos compartidos son los más populares, pero también hay varias residencias en el centro de la ciudad y en los campus universitarios. A principio del curso, tuve la oportunidad de realizar un curso intensivo de Neerlandés que me sirvió, entre otras cosas, para poder pedir en los bares, como si fuera un local (o intentarlo), y para no perderme en el metro los primeros días. Ahora, ya no me considero un recién llegado, y trataré de contaos curiosidades y todo lo que me llame la atención de las distintas ciudades que visitaré durante estos meses.