Si alguna vez dudas si venir a Flandes en tu Erasmus, entonces tienes que leer este post. Si alguna vez has querido vivir nuevas cosas continuamente, si alguna vez has querido escapar de la rutina, disfrutar de un cuento o de uno de los ambientes universitarios más vivos de Europa… entonces tienes que pensar en Gante, la ciudad rebelde de Flandes.
Lo primero que me llamó la atención de la ciudad es su enorme trazado en tranvía que hay. Claro que el primer día coges un taxi desde la estación de Sint-Pieters (porque cerca no está….) y ya allí te preguntas con un poco de duda “¿De verdad voy a aprender a moverme por aquí? ¡Si con las bicis, los coches y el tranvía parece imposible!” Es fácil pensar así porque algunas calles son muy estrechas. Pero llega la primera semana de clase y te dicen que la Universidad ofrece bicicletas para alquilar a un precio bastante barato. Unas bicis amarillas, como el color de la región de Flandes, de todos los tamaños. Eliges una, y disfrutas de la energía y lo positivo que te resulta bajar la enorme cuesta de la calle de la Universidad hacia el centro. Casi sin manos, y sin pedales, ¡pero cuidado! De noche observas que también todo el mundo va en bici y que hay que tener un poco de cuidado al volver a casa… todo son cosas nuevas.
La primera ciudad que visitas es… ¡Brujas! la Venecia del norte es merecedora de al menos dos visitas en tu estancia Erasmus porque es tan bella que tendrás ganas de repetir (y las visitas que tengas van a decirte que “¡Por favor, a Brujas tenemos que ir!”). Empiezas a llenar el álbum del móvil de fotos de las casitas con el tejado escalonado, de gofres con una capa de chocolate por encima y de cervezas en terrazas a todas horas del día. Los días pasan y los campanarios de Flandes no te dejan indiferente. Por ejemplo, en el de Gante empiezas a darte cuenta del dragón que gobierna toda la ciudad colocado en la cima… o de la pequeña estatua del puente de san Miguel, el lugar con la vista más fotogénica de la ciudad. Un lugar especial, lleno de secretos, con la casa gremial más antigua de Gante y con el lugar de paso del río Lys con cientos de estudiantes comiendo lo más típico de Gante: Frietjes, las patatas fritas más deliciosas con una receta única. No puede haber ambiente mejor.
Un poco más al norte de la ciudad te sorprende el castillo medieval, en pleno centro. Si te apuntas a alguna de las actividades que hace la ESN, puedes subir y apreciar la ciudad arriba con toda esa gente nueva e internacional. Si eres bueno con los idiomas, el holandés se te presenta como un reto… aunque siempre habrá alguien que te entienda un poco en español, como el señor de la plaza que vende las cuberdons o “narices gantesas”, el dulce más típico de Gante. ¡Si eres goloso, te van a encantar!
La ciudad es un punto nuevo para personas con ganas de vivir algo nuevo. Podría decirse que hay una gran variedad de tiendas, cientos con servicios originales, ropa distinta, jugueterías vintages, chocolaterías que a su vez tienen estanterías de libros para acercarte a la lectura flamenca, cervecerías aquí y cervecerías allí… en Gante es imposible aburrirse. La música del Hot Club Jazz, la iluminación de Graslei y Korenlei y el silencio de las calles marca el tiempo durante la noche en el centro de Gante.
¡Ha sido una experiencia inolvidable! Se lo recomendaría a todos aquellos estudiantes de Grado, Master o prácticas, porque la Universidad es una de las mejores de Europa y del mundo (está entre las 100 mejores) y hay muchas oportunidades para estudiar (¡y trabajar!). ¡Ah! Ahora en 2017 cumple 200 años y no puedo estar más contento porque se celebran conciertos, carreras y diferentes actividades durante todo el año.
Para acabar, os dejo con un que me hice en mi lugar favorito de Gante. ¡Espero que os sea de ayuda! Si tenéis alguna duda, dejadnos un comentario más abajo.