¡Buenos días, brujos! Mucho he hablado ya en este blog sobre cervecerías, pero aún no había hablado de lo que va antes o después de esa visita a la cervecería… Hoy os traigo un post sobre comida típica belga en general, pero centrado en Brujas. Empiezo recomendándoos 2 calles en las que podemos encontrar una gran oferta de restaurantes, Langestraat y Hoogstraat.
Como curiosidad, Bélgica es el país con más estrellas Michelín por habitante del mundo, ¡ahí es nada! Y es que los belgas dicen que combinan la sofisticación de la cocina francesa con las abundantes raciones alemanas. Os dejo por aquí un enlace a un documento de Google Drive con todos los restaurantes de Brujas mencionados en guías gastronómicas.
Stoofvlees (Carbonade)
Este plato típico es un estofado de ternera con una salsa de cerveza negra y que se suele servir con patatas fritas. Lo cierto es que, sin ser yo un fan del estofado de ternera (ni siquiera el de mi madre), esta forma de hacer el estofado de ternera es sorprendente. Y es que ciertamente está tan bueno que una de mis visitas se pasó todos los días comiéndolo. Lo he probado en 2 sitios de Brujas y en ambos estaba muy bueno: El Burger & Burger (buen precio y calidad) y La Sirena de Oro (buena calidad y buen precio de la comida, pero ojo con el precio de las bebidas…).
Conejo a la flamenca
Aquí tenemos un plato que consiste en conejo maridado con cerveza de cereza. Un plato dulce que es, sinceramente, mi plato favorito hasta ahora de todos los platos típicos que he probado. También suelen servirlo con patatas fritas, aunque, en La Sirena de Oro no lo hacen así (sí, he ido dos veces… Pero en la segunda ya sabía la trampa y no pedí ninguna bebida…).
Waterzooi
¿Es una sopa? ¿Es un puré? No, es waterzooi. Una textura indescriptible entre sopa y puré (ojo, pero para nada desagradable) con patata, zanahoria, pollo, puerro y huevo. Lo probé en Bruselas y la verdad es que tiene un sabor dulzón (que no dulce) y aunque no lo parezca llena. Altamente recomendable para la gente que no quiera patatas fritas como acompañamiento.
Mejillones
Este es el plato de todos los que hablo que menos me ha gustado (la verdad es que no soy muy fan de mariscos, moluscos y demás) pero, aun así, he de reconocer que están buenos… Lo cual no quiere decir que me comería un cubo entero. Se sirven con patatas fritas de tal manera que lo primero que se tiene que comer son los mejillones, que están hechos al vapor con una salsa de vino blanco, apio y cebolla, y finalmente comernos las patatas fritas con la salsa que queda.
¡Camarero, traiga ya los postres! Aunque ahora estamos demasiado llenos como para comérnoslos… Así que creo que vamos a esperar al próximo post de gastronomía en el que tendremos los postres y las tan mencionadas patatas fritas. Tranquilos, no será larga la espera que tendréis hasta conocer los esperados gofres…