A nadie el amarga un dulce, y los belgas cumplen a rajatabla con ello haciendo que sus gofres sean conocidos internacionalmente.
No hay turista que pise esta ciudad que no desee detenerse ante el olor de dicho alimento que recorre todas las calles de Bruselas. Es uno de los mayores manjares culinarios belgas que se asocia automáticamente a este territorio y que sería un pecado irse de aquí sin probarlo.
Existe diversa variedad de este producto tan típico de la capital belga pero sin duda el más común y cotizado es el gofre de chocolate. Niños y mayores se deshacen ante esta delicia, y los numerosos puestos ubicados en cada esquina de la ciudad te invitan a que sea apto para cualquier hora del día; por eso muchos dirán que las calles de Bruselas tiene ese olor tan dulce.
Puede que no seas un aficionado a este tipo de alimento pero si pisas esta ciudad, no podrás dejar de sucumbir a semejante tentación.