Todas las listas de turismo te la recomiendan. Preside cada página web titulada “qué ver en Bruselas”, “planes que hacer en Bruselas”, “dónde ir en Bruselas”. Y es una de las plazas más bonitas del mundo entero. La Grand Place de Bruselas es un lugar que no puedes saltarte en tu visita al país, aunque eso ya nos queda claro gracias a todas y cada una de las guías de viaje belgas.
Amplia y llena de luz, esta plaza está inscrita en la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1990. Las obras para su construcción comenzaron en el siglo XV, al igual que en el resto de ciudades belgas, las primeras cosas que se construyeron fueron el mercado y gremios. Más tarde se construiría un ayuntamiento que, junto a toda la plaza fue destruido en un bombardeo en el año 1695 durante la Guerra de la Liga de Augsburgo. Las tropas francesas arrasaron con la mayoría de las casas que rodeaban la plaza y solo quedaron en pie la fachada y la torre del Ayuntamiento, que servían de objetivo a los artilleros. Sin embargo, a pesar de la devastación, la plaza fue reconstruida en menos de cinco años, gracias al esfuerzo de los gremios locales que reconstruyeron los edificios en piedra, lo que le otorgó una mayor solidez.
En la plaza conviven distintos estilos arquitectónicos: el gótico, el barroco, el neoclásico y el neogótico. Esta mezcla de estilos no solo refleja la evolución histórica de la ciudad, sino que también la capacidad de Bruselas para renovarse a pesar de las adversidades que ha enfrentado a lo largo de la historia. Esta diversidad de estilos es particularmente visible en las fachadas de los edificios que rodean la plaza.
La torre del Ayuntamiento tiene 96 metros de altura y es uno de los elementos más distintivos de la plaza. Los detalles ornamentales en las fachadas de los edificios gremiales son otro ejemplo del esplendor arquitectónico de la plaza. Algo curioso de esta plaza es que las esculturas y los tallados en piedra que adornan los edificios representan desde oficios medievales hasta elementos de la mitología y la religión.
Como hemos visto antes, además de su valor arquitectónico, la Grand Place también tiene un amplio significado histórico. En ella han sucedido eventos positivos y verdaderos dramas, por ejemplo, en 1523 dos mártires protestantes fueron quemados en la plaza, y en 1568, los condes de Egmont y de Hornes fueron decapitados allí. Esto hace que la plaza también sea un lugar de recuerdo y empapado de historia.
Hoy en día la plaza no es un mero lugar decorativo. En ella se realizan muchos eventos, se coloca el gran árbol de navidad, se realizan mercadillos y festivales… En general, es un lugar de encuentro y celebración.
En resumen, la Grand Place no es solo un atractivo turístico, sino un símbolo profundo de la historia y la cultura de Bruselas. Gracias a su arquitectura y su profunda historia se ha convertido no solo en el atractivo turístico más importante de la ciudad, sino que además es también parte del patrimonio mundial de la UNESCO. Más información aquí.

¡Hola! Soy Lucía Cotán Fernández, estudiante de traducción e interpretación en la UPO, aunque ahora estoy de Erasmus en Amberes, estudiando en la KU Leuven. Tengo 21 años y desde siempre me ha apasionado el arte y viajar. En este blog compartiré mis experiencias y curiosidades sobre Flandes, una región con una historia fascinante que descubriremos juntos. ¿Nos leemos?