Si no estáis aún en Gante, igual os parece que os vendo la ciudad, pero os garantizo que no. Gante es preciosa. Y no solo lo es su centro histórico medieval, su increíble barrio universitario, sus parques o lo abierta que es su gente. Es preciosa en su conjunto, en cada calle, cada casa, destila cultura, elegancia, o una historia que contar.
Así pues, os voy a relatar el paseo por algunos de los canales de Gante que hice hace solo un par de días, bajo un sol de justicia (sí, en Gante hace más sol de lo que piensas) y sin un destino fijo.
Uno de los muchos canales de la ciudad
En primer lugar, y para vuestra información, justo a un tiro de piedra de las residencias de la UGent se encuentra el Kinépolis, en el cual la mayoría de películas están en inglés (hay reducciones para estudiantes, el precio normal son unos 10,90 €). A continuación, y si seguimos andando por el canal que separa las calles Muinkkaai y Voetweg, podremos ver una vista impresionante de la abadía de San Pedro, con el canal a sus pies, y su características torre y cúpula, con su reloj dorado y su piedra típica de la zona, elevándose hacia el infinito.
La abadía vista desde el canal
A continuación, llegaremos al Vooruit, un edificio realmente particular. De origen obrero (se construyó entre 1911 y 1914), era la sede de dicho movimiento, incluyendo un salón de baile, cine, teatro…En resumen, era un centro de entretenimiento para una ciudad que ansiaba de cultura. De hecho, en este mismo paseo podremos observar chimeneas, testimonio del pasado industrial que aún perdura en la ciudad. El estilo del edificio igual os recuerda un poco a Gaudí…es que es un edificio modernista, corriente que dominaba el arquitecto catalán.
El Vooruit (parte trasera, que da al canal)
Seguidamente, llegamos a De Krook, punto de encuentro para estudiantes de toda la ciudad, con una arquitectura totalmente única y moderna, y donde podremos asistir a diversos actos, exposiciones…la cultura en Gante nunca para. Además, es una ciudad que sabe como aunar pasado, presente y futuro.
De Krook, ejemplo de arquitectura contemporánea en Gante
Si continuamos por los canales, podremos llegar hasta el río Lys, principal arteria acuática de la ciudad, y donde podremos encontrar diversos edificios emblemáticos (sé que me repito, pero, en serio, no hay calle de esta ciudad que no te sorprenda con su arquitectura).
Finalmente, y tras pasar por la sala de conciertos Handelsbeurs, y la Ópera de Gante, podremos encontrarnos la iglesia de San Miguel, de claro estilo gótico (y con un crucifijo impresionante mirando al río).
Acabaremos en el Graslei (o Korenlei), en una de las vistas más bellas que ofrece esta dichosa ciudad. Además, podremos oír el piano (si tenemos suerte, hay pianos repartidos por toooda la ciudad y son libres para ser acariciados) y disfrutar del ambiente vivo de la zona. Como curiosidad, las casas aquí son muy estrechas y altas debido al elevado precio del suelo, por lo que nos podemos encontrar edificios en los que difícilmente pueden entrar dos personas al mismo tiempo. Mi recomendación aquí es que dejéis pasar el tiempo. No es un sitio para ver, es un sitio para estar y disfrutar.
Es difícil encontrar una ciudad que aúne tan bien unas vistas mágicas con un espíritu tan vivo, que cohesione pasado, presente y futuro, y en la que, como idea principal, os voy a dejar esta:
Apagad el Google maps. Tentad a la suerte. Puede que lleguéis a vuestro destino…o puede que encontréis otro que os fascine. Gante es así, una ciudad para degustarla sin prisas, para vivirla. Esto es #ErasmusEnGante.