En este mundo, es cierto que hay teorías para todos los gustos, al fin y al cabo, cualquiera puede hacer una propia. Pero si que es famosa y sabida por todos, esa que habla del hombre y su naturaleza, refiriéndose a que el ser humano tiene un lado un poco cotilla. ¿O me diréis que no os identificáis un poco?
Yo desde luego tenía un poco de curiosidad por cómo vivirían estos extraños seres que son los belgas (explicaros esto dará para otro capítulo, no os preocupéis). Y cuando decidí a donde ir a vivir, aunque la opción de una residencia con gente española o internacional se pasó por mi mente, algo dentro me instó a que indagara un poco más y me decidiera a meterme en la apasionante aventura de los kots.
Un kot, no deja de ser un edificio de 3 o 4 plantas (aquí en el centro de Amberes los edificios no son demasiado altos, lo cuál da el toque mágico y pintoresco a la ciudad), en el que cada planta tiene varias habitaciones, con su propio baño o no, y unas salas comunes con cocina compartida, a veces terraza, a veces guarda-bicis… Realmente la palabra kot designa algo así como “armario de guardar escobas”, por cómo eran estas habitaciones antiguamente (menos mal que un día llegó la ONU y los derechos humanos).
Bueno, pues como os decía, para los que les apetezca indagar un poco en este mundillo, yo os invito a conocer mi “humilde” morada. ¿Por qué os digo esto de “humilde”? Porque yo no se cómo serían en el pasado, pero desde luego ahora, la mayoría de kots a mi forma de ver, son más que magníficos (yo no podría haber soñado el mio mejor). Si pensáis que soy demasiado conformista, calificadlo por vosotros mismos.
Esto es así, porque el landlord, o como le llamaríamos en españa: el casero, se ocupa cada año que pasa, de vigilar que a tu marcha, todo este en orden, y si hay desperfectos por el desgaste del tiempo, reformarlo sin dudar (eso sí, si rompes algo a consciencia, el que lo pagas eres tú). Además, suele introducir modificaciones e innovaciones para que el piso siempre esté en sus mejores condiciones.
Para conseguir alquilar un kot, hay innumerables paginas web e inmobiliarias, también tu propia universidad te ayuda a veces, o organizaciones como “Gate15” que siempre están ahí para luchar y ayudar a los nuevos estudiantes extranjeros. Pero normalmente, las páginas web e inmobiliarias, de un modo u otro te acaban sacando una que otra monedilla de aquí o allá, no demasiado, pero si prefieres apurar al máximo yo te recomendaría buscar por tu cuenta.
Hoy que usamos el Facebook de constante, es fácil encontrar páginas o grupos donde se oferta este tipo de alojamientos, además si como en mi caso vienes por solo un semestre, podrás encontrar otros estudiantes que han firmado un contrato de 12 meses y al terminar su estancia de menor tiempo, ofrecen su kot “subcontratándote” a ti por el restante tiempo del contrato, todo esto sin cobrar más, y muchas veces evitándote dejar fianzas o más complicaciones.
Yo personalmente, lo encontré en un grupo cerrado llamado: KOT IN ANTWERPEN!!! https://www.facebook.com/groups/stuant/?fref=ts aunque aparezca como grupo cerrado, es solo para evitar que otras compañías introduzcan publicidad ajena, pero no dudan en aceptar a todos sin excepción. Al menos a mí, la jugada me salió genial, mi contratista es un chico belga de mi edad majísimo, que no dudo en ayudarme con todo a mi llegada. Claro que hay que tener un poco de ojo y guiarse un poco el instinto, pero totalmente recomiendo la experiencia.