¡Buenos días, brujos! Hoy nos adentramos en algo que no sé muy bien que es. Porque lo cierto es que no sé si clasificarlo como una historia contada de una forma nueva o si clasificarlo como museo, pero en definitiva es una gran atracción turística. Bienvenidos al Historium.
Un buen entretenimiento
Antes de hablar sobre qué nos encontraremos en el Historium debo hablaros sobre sus horarios porque está abierto hasta las 6 de la tarde, lo cual no es tan usual ya que la mayoría de los museos públicos (este no es un museo público sino una atracción turística privada) cierran a las cinco.
Bueno, ahora sí, entramos en el Historium. Cabe decir que el Historium tiene varias partes de las cuales yo solo he visitado la principal. En el Historium tenemos una torre con un mirador, una historia ambientada en Brujas y una atracción que hace que podamos sentirnos como en la Brujas medieval a través de la realidad virtual. También tiene un bar en el que podremos degustar algunas buenas cervezas belgas como, por ejemplo, la Duvel.
Hasta ahora yo solo he visitado la parte de la historia ambientada. En esta historia seguimos las aventuras de Jacob, un aprendiz de Jan Van Eyck que tiene una sencilla labor al principio de la historia, recoger en el puerto de Brujas un envío para que su maestro, Van Eyck, pueda completar un cuadro que va a ser una obra maestra.
El cuadro en cuestión es la “Virgen del Canónigo van der Paele”, que se puede ver en el Museo Groeninge del que ya he hablado en un post anterior. Y el envío que tiene que recoger es un pájaro exótico que aparecerá en el cuadro y a la modelo que representará a la virgen en el cuadro.
Obviamente este encargo no se puede resolver tan fácil por lo que surgirán problemas que nos llevarán a recorrer la práctica totalidad de Brujas enseñándonos en parte su funcionamiento en la época. Lo novedoso es cómo está contado ya que se nos presenta primero la sala que es a la vez el escenario y, después, de, por ejemplo, una puerta que se abre, aparece una pantalla a través de la cual vemos lo que sucede en el interior.
Aparte del detalle de meternos en el mismo escenario que la acción, para que nos introduzcamos aún más en la historia estos mismos escenarios huelen a lo que deberían oler. Por ejemplo, en el taller de Jan Van Eyck, que visitaremos, huele a disolvente de pintura (aunque cabe decir que no es un olor demasiado fuerte como para que sea agresivo).
No revelaré nada de la historia, solo que es bastante interesante, aunque la verdad es que me pareció un poco corta ya que la disfruté. Al final de nuestra visita hay una especie de exposición que tiene un poco de la cronología histórica de Brujas, pero sobre todo tiene muchísima información sobre el comercio en la ciudad.
Por último, también podemos disfrutar de una de las mejores vistas de la Grote Markt desde aquí (con un telescopio gratis incluido). Y eso es todo lo que nos ofrece esta pequeña parte del Historium y lo que yo os puedo ofrecer con mis palabras, aparte de con mis fotos.