Cuando un antiguo espacio industrial cercano al centro de la ciudad queda vacío, se abre un amplio abanico de posibilidades para los ávidos agentes planificadores urbanísticos de la ciudad. Entre crear hoteles, apartamentos, o centros sociales; una de las principales costumbres de los urbanistas es dotar a la ciudad de mega instituciones para el arte, como la Centrale de arte contemporáneo o WIELS, ambos en bruselas.
Y en esta ocasión no podía ser de otra manera: el “Garage Citroën”, construido en 1930 con un impresionante espacio de 38,000m2 y arquitectura de art Decó, ha dejado de ser productivo y Bruselas aprovechará esta ocasión para cubrir una de sus mayores faltas a nivel urbanístico: un museo de arte contemporáneo. Si bien la semana pasada escribí sobre el centro de arte contemporáneo WIELS, destaqué que esta institución no era un museo: un museo contemporáneo es una atracción turística “De alto nivel”, que dota a la ciudad de capital simbólico y cultural, así como la posiciona en el mercado del arte contemporáneo actual mediante una colección propia.
El espacio se encuentra a lo largo del canal de Willebroek, en un barrio popular en proceso de transformación y gentrificación, no muy lejos del municipio de Molenbeek. Está patrocinado por la marca multinacional de arte contemporáneo Pompidou: y se abrirá a finales de 2022 como un museo de arte moderno y contemporáneo con colecciones permanentes y temporales; un centro de arquitectura, una biblioteca, espacios de reunión y otros espacios polivalentes.