Porque Amberes es una ciudad intelectual y científica a la par que multicultural como pocas, hoy nos acercamos a África y otras regiones ecuatoriales, eso sí, sin movernos de Amberes.
Esto es posible, visitando el prestigioso Instituto de Medicina Tropical.
En esta visita, contaremos qué recursos podemos encontrar en esta institución, y a qué se dedican exactamente, además de múltiples curiosidades a cerca de la arquitectura del edificio, que no tiene pérdida ninguna.
Para empezar, la zona intertropical o “Trópico” (proviene del griego y significa “vuelta”). Así cuando hablamos del Trópico, nos referimos a los países que se encuentran en esta zona dando una vuelta a la Tierra.
Esto se traduce, en países pobres, donde la Malaria por ejemplo, infecta a 300-500 millones de personas cada año, matando a más de un millón de ellas.
Afortunadamente, desde el ITM sí se preocupan por este tipo de problemas, e investigan y forman nuevos alumnos (el ITM oferta un completísimo Master de postgrado en estos asuntos) sobre enfermedades como la Malaria, la Enfermedad del sueño, la Leishmaniosis, el VIH, o la Tuberculosis resistente y el Ébola, entre otras.
El IMT ha sido reconocido por la Organización Mundial de la Salud como centro de referencia en la investigación sobre el SIDA. Incluso os contaré, que Peter Piot y otros investigadores del IMT, fueron los primeros en demostrar que el SIDA era una enfermedad tropical originada en África.
Así su lema es “la salud para todos“, y bajo un nutrido grupo de personas, bajo su techo se analizan muestras, se busca tratamientos nuevos, se estudia poblaciones y se publican importantes artículos (de las publicaciones del IMT, un 75% de ellas aparecen en el top-25% de las investigaciones de su campo).
Pero esta visita no necesita de ser gente únicamente de Ciencias para ser apreciada, pues también Arquitectos, entendidos del Arte o religiosos la disfrutarán. Incluso la gente de a pie, con un poco de curiosidad y ganas de pasar un momento tranquilo e inspirador, podrán deleitarse paseando por sus jardines y patios.
El edificio del ITM consta de dos módulos distintos: un antiguo convento reformado, típico Monasterio Cartujo (a la izquierda), con un bello y silencioso patio central, alrededor del que se encuentran las oficinas administrativas. Este monasterio, antiguamente se consideraba uno de los edificios más importantes de la ciudad, y hoy en día aún conserva parte de esa majestuosidad.
Y otro bloque de nueva construcción, siguiendo el estilo Art Déco (a la derecha), con motivos geométricos y ángulos rectos que nos acercan a la naturaleza tratando de imitar, los fuertes rayos del sol o la fuerza de las lluvias (tan característicos del Trópico). En su interior, la sala de recepción principal y la biblioteca nos introducen en el más profundo Congo, con estatuas de colores oscuros, cuadros de escenas reales, e incluso máscaras puramente Africanas, donadas por la asociación De Markgrave (en un trabajo de rehabilitación para personas ciegas y deficientes visuales).
Una alternativa a las visitas comunes, muy interesante desde mi punto de vista.
Más información en la página web: http://www.itg.be