Me encantan las visitas y los museos que son interactivos, y este se lleva el puesto nº1. En Hasselt tuve la oportunidad de visitar el museo de Jenever, y te preguntarás, ¿Qué es Jenever?
Yo antes de visitarlo tampoco sabía muy bien lo que era. Había oído hablar de esta bebida pero es más o menos como si le hablas a un flamenco de la crema de Orujo, poca cosa te va a poder contar. La traducción literal es de ginebra, pero ahora que ya lo he probado, te puedo decir que es como una mezcla de licor de hierbas y un aguardiente, pero del sabor que tú elijas. Y es que, no te puedes imaginar la cantidad que hay.
En este museo la entrada para menores de 26 tiene un precio muy bajo, son 3€, e incluye una consumición al final de tu visita para que degustes un chupito de jenever. Hasta ahora, es el chupito más barato que me he encontrado en toda Bélgica.
Una vez dentro del museo, que te diría que no hace falta reservar, tienes muchas zonas diferentes. La primera te explican el proceso de destilación y también cómo son las destilerías de esta bebida y su elaboración artesanal. Es muy curioso porque puedes ir de aquí para allá y cotillear las diferentes máquinas y es todo interactivo. Luego, tenemos una pequeña parte dedicada a la historia de esta bebida, un poco como si te pusieran las diferentes botellas de Coca-Cola a lo largo de la historia. Eché de menos una explicación en inglés en las vitrinas, pues el neerlandés es algo que sigo teniendo en la lista de tareas pendientes.
Finalmente, y la parte que más me gustó, tienes una zona para oler y ver los diferentes sabores de la jenever. Hay muchos, más de 30 diría yo, tienes desde sabor madera a lavanda o avellana, y he de decir, que el olor estaba muy conseguido. También tienen una parte de concienciación sobre el consumo responsable de alcohol que me pareció una idea genial.
Para terminar nuestra visita, vamos al bar del museo y podemos elegir un sabor entre los cientos que tienen disponibles. La graduación ronda los 40 grados, y yo, ya que eran las 10 de la mañana, me cogí uno de los menos fuertes, el del sabor a avellana. He de decir que estaba bastante bueno, pero tampoco me arriesgué mucho, era como una crema. Había jenever hasta con virutas de oro dentro.
Como me quedaron muchos sabores por descubrir, supongo que tendré que volver, ¿y tú vuelves conmigo?
Si te has quedado con ganas de probar esta bebida pero Hasselt no está dentro de tu ruta flamenca, puedes ir también al bar ‘t Dreupelkot, donde tienen una infinidad de sabores y podrás degustar un chupito de jenever en un puro ambiente tabernero.
Nos leemos pronto,
María
Soy María Gutiérrez y durante los próximos 5 meses tendré la oportunidad de transportarte a Flandes a través de mi propia experiencia Erasmus. La temática principal de mis posts serán de arte y maestros flamencos. Es un tema apasionante en el que relevaré a Celia, la corresponsal del cuatrimestre pasado.
Para que me conozcas un poco decirte que tengo 21 años, soy sevillana y estudiante de ingeniería industrial. Llevo ya 4 meses en Bruselas donde estoy estudiando en la ULB y VUB en el programa Erasmus y no puedo estar más feliz de vivir esta experiencia. En mi tiempo libre me encanta cocinar, leer, la fotografía y sobre todo viajar, así que intentaré acompañar mis posts con estos temas que para mí son un placer y espero que a ti te interesen.
Soy una persona muy curiosa y me involucro en cualquier proyecto que me llame la atención dando siempre lo mejor de mi para sentirme orgullosa de mi trabajo. Cada entrada que suba estará pensada y repensada para que os encante.