Para completar los artículos de todas las joyas de Flandes, quedan al menos 2 ciudades. La primera: Bruselas, donde vivo y a la que he dedicado bastantes artículos ya durante estos meses… La segunda: Lovaina, que en tren está más cerca que cruzar Bruselas de punta a punta en transporte público.
Pese a que es una ciudad pequeña, y el día en el que la visité estaba envuelta en neblina, desde luego merece la pena pasar la mañana o el día de domingo entero paseando por sus calles tranquilas. Y si lo que queréis es algo más de movimiento, desde luego id entre semana para empaparos de su ambiente universitario. Y es que, si vivís en Bruselas y os gusta, podréis venir bastante a menudo, ya que cuesta solo 5’5€ y tarda unos 20 minutos desde las principales estaciones.
El camino desde la estación hasta los puntos más icónicos es bastante intuitivo, más incluso que en otras ciudades flamencas. Desde la salida principal, caminando recto por una avenida bastante larga, llegaréis pronto al centro. De camino, veréis un Kinepolis, ¡ya os conté que son originales de aquí!
Primera parada: la biblioteca universitaria
No os olvidéis de desviaros un poco para no perderos Monseigneur Ladeuzeplein y la impresionante y preciosa biblioteca universitaria, reconstruida un par de veces. En su interior, alberga una sala de lectura y nada más y nada menos que un millón de libros… A la torre también se puede subir para contemplar la ciudad desde arriba, desde las 10 cada día, y martes y jueves únicamente de 1 de la tarde a 5.
Segunda parada: la monumental Grote Markt
¡Ya no queda nada! Os guiarán durante el camino las agujas del ayuntamiento en la Grote Markt. El edificio gótico del S.XV la verdad que no deja a nadie indiferente. 236 estatuas y ventanas góticas adornan su fachada, que no es como nada que hayáis visto antes. Y es que después de visitar Bruselas, Brujas, Gante y Amberes, parece que la arquitectura flamenca ya no nos va a pillar por sorpresa… pero este ayuntamiento sí lo hace. Juzgad por vosotros mismos.
Ahora mismo, todavía luce la sutil iluminación navideña. Se puede visitar por dentro incluso, aunque en tour guiado y a las 3 de la tarde.
Junto a él, está la Iglesia de San Pedro (Sint-Pieterskerk), histórica con toques modernos, como su interior pintado en blanco. Alberga la pintura de “La Última Cena” del artista flamenco Dirk Bouts. Se puede visitar por dentro de 10 a 4 de la tarde, excepto los miércoles.
Tercera parada: las terrazas de la Oude Markt
Por la zona también veréis la Oude Markt, el centro neurálgico de la ciudad, con magníficos ejemplos de casas flamencas tradicionales y bares con terrazas, que con sol deben estar ocupadas todo el día. Por desgracia, ese día no fue mi caso…
De hecho, uno de los campus de la Katholieke Universiteit Leuven (KU Leuven) está tan solo a 2 minutos caminando, por lo que la plaza debe ser sin duda el punto de encuentro de la vida universitaria de la ciudad. Desde luego, bares, cafeterías y cervecerías para satisfacer la demanda no le faltan.
Un paseo más allá del centro
Si tenéis ganas de pasear más, os recomiendo acercaros hasta algunos de los pequeños, pero encantadores parques de Lovaina: Dijlehof, Sint-Donatus Park, De Bruul Park o incluso el propio jardín botánico de Lovaina.
Si de hecho buscáis un ejercicio más intenso, adentraos en la calles del Pequeño Begijnhof o Beaterio mientras os fijáis en la estatua de la Virgen en un alto, y seguid las murallas a lo largo de un camino cuesta arriba hasta la Abadía de Keizersberg. En un día claro, podréis apreciar una panorámica muy bonita de Lovaina desde este punto, desde un parque apacible con pozos y ruinas.
Tranquilos, si no queréis subir, tendréis un ambiente parecido en el Gran Beguijnhof, Patrimonio de la Humanidad. Entre sus calles históricas empedradas donde vivían mujeres solteras devotas (que no monjas), pequeños jardines y bancos, fluye también un riachuelo (el Dijle) que lo convierte en un lugar ideal para pasar vuestras últimas horas aquí, tomando un café o merendando. Sus 100 casas y patios sirven ahora de residencia de estudiantes y profesores.
Otra opción para un paseo es acercarse hasta el Castillo de los Arenberg, a media hora andando del centro. Aunque antes sí era el castillo de los duques de Arenberg, ahora es propiedad de la KU Leuven y por tanto, uno de los sitios donde hacen picnic los estudiantes y locales en los días soleados.
¡Pero eso no es todo! Recordad que también podéis venir aquí a disfrutar del ambiente universitario bullicioso pero tranquilo, de la esencia solemne pero divertida de la ciudad (gracias a sus estatuas, sus universitarios y su cerveza). Y si venís con más tiempo, no podéis dejar de lado ni la fábrica de la renombrada cerveza Stella Artois ni el M-Museum…
Ahora sí, esto es todo.
¡Nos leemos pronto!
Me presento, me llamo Julio Yustas, tengo 23 años y voy a ser parte del equipo de corresponsales que, durante el próximo semestre, va a intentar que disfrutéis de Flandes al menos tanto como nosotros.
Vengo de Valencia, donde estudio el Máster de Ingeniería Industrial en la Universitat Politècnica de València. Durante los dos próximos años, disfrutaré de Bruselas gracias a un acuerdo de doble titulación por el que estudiaré el Máster en Ingeniería Electromecánica en la Université Libre de Bruxelles (ULB).
Me considero una persona bastante proactiva y es difícil que no me encontréis embarcado en alguno de mis múltiples proyectos. Mi tiempo libre lo dedico principalmente a pasar tiempo con mis amigos, viajar, la fotografía y la cocina.