El partido de ayer comenzaba así; con una afición valenciana entregada y una afición belga dispuesta a luchar y demostrar su talento en su debut en la Champions League. Los Búfalos, como se le conoce a este equipo de Flandes Oriental, estaban algo mosqueados con el comportamiento de las autoridades valencianas en el anterior partido del pasado 20 de octubre, y por eso deseaban más que nunca castigar al Valencia Club de Fútbol en su coliseo.
Y así lo hicieron. El Valencia no dio la talla y su rival aprovechó para presionar a los de Nuno, alcanzando una merecida victoria (1-0). Bajo mi punto de vista fue lamentable la actitud que tuvieron los futbolistas del conjunto ché ya que ni jugaron a fútbol ni mostraron garra ni entusiasmo. Algo que viene siendo habitual desde el comienzo de La Liga de Fútbol Profesional (LFP).
Sin embargo, a pesar de esto, los aficionados del Valencia Club de Fútbol no dejaron ni un momento de animar a su equipo. Alrededor de 300 valencianos que venían desde Valencia y desde distintas ciudades de Bélgica se agruparon en la zona de visitantes para cantar y apoyar a su equipo. Éramos pocos, pero como dicen en valencia: cundidores. Como anécdota, en la zona visitantes se podía ver una gran pancarta con el siguiente texto: “Penya Valencianista d’Alemanya.” Vamos, lo que decía: pocos pero cundidores. Aunque de nada sirvieron las pancartas, los cánticos de los aficionados Blanc i Negre ni la fuerza de la grada.
Mientras los valencianos comenzábamos a pasar frío y “rabia” en el minuto 49, justo al empezar la segunda parte y coincidiendo con el primer gol, los Búfalos continuaban ondeando con fuerza las banderas de su equipo a la vez que cantaban su himno. También encendían pequeñas luces LED a modo de flashmob que se fusionaban con la preciosa iluminación del estadio Ghelamco Arena.
Dicen que es uno de los mejores estadios de fútbol debido a sus modernas instalaciones. La fachada del estadio está adornada con luces LED flexibles que permiten proyectar mensajes animados referentes a los acontecimiento que tiene lugar en el estadio. Además la distribución de las instalaciones deportivas permiten tener una excelente visibilidad del partido desde las diferentes zonas del estadio.
También me gustaría destacar la eficiente labor de las Fuerzas del Orden de Gante que estuvieron en todo momento a nuestro servicio, garantizando la mayor seguridad posible. De hecho antes de entrar al estadio todos los visitantes debíamos pasar por un exhaustivo control de seguridad para evitar problemas en el interior. Quizá algo exigentes y “exagerados” para lo que estamos acostumbrados en Mestalla.
Aún así, a pesar de la derrota, fue una experiencia muy gratificante poder ver un partido de mi equipo en uno de los mejores estadios del mundo y en mi nueva casa: Gante.