Día soleado, tú y tus amigos decidís ir a la playa, y cuando llega la hora de comer, tenéis un problema: no os ponéis de acuerdo. Uno es alérgico al marisco, otro quiere comer en un sitio asequible, otro es vegetariano y otro que dice que cuando viaja quiere comer cosas con algo de tradición en el lugar. No, no os estoy describiendo una situación imaginaria, es lo que me sucedió el otro día con mis amigos. Y bueno, no solo me pasa a mí, siempre es parecido cuando un grupo de estudiantes deciden viajar. Pues bien, hoy os presento aquí un restaurante que va a contentar a todos: Koekoek.
Primer punto positivo: se encuentra al lado de la costa de Ostende, para ser exactos en el Langestraat.
Segundo punto positivo: sirven un pollo asado delicioso. La carne es de origen regional y, con más de cincuenta años de recorrido, los dueños conocen perfectamente la técnica para que sea sabrosa. Está crujiente por fuera y muy jugoso por dentro. Además, tienen una opción de raviolis vegetariana, para contentar a todos.
Tercero: es un sitio muy conocido entre las gentes del lugar; de hecho, siempre está lleno, por algo será. El interior está decorado con la temática pesquera del puerto de la ciudad.
El horario de apertura es muy amplio, de lunes a viernes de 10:00 a 23:15. Un dato muy curioso es que, cuando abrieron sus puertas en 1971, estas permanecieron abiertas durante 38 años seguidos. Sí, 38 años sirviendo pollos asados, sin cerrar ni una sola hora. Podemos afirmar que experiencia tienen.
Todos los pollos de la carta se sirven sin cubiertos, ya que claman que, para continuar con la tradición, se ha de comer de esta manera. Por tanto, si eres un poco escrupuloso, abstente de comer en este sitio, aunque yo te lo recomiendo encarecidamente.
Soy Soledad Mínguez y vengo de un pequeño pueblo en Castilla La Mancha, aunque he estudiado en Valencia; una ciudad bastante acogedora, verde y bonita, por cierto. Actualmente, me encuentro cursando mi último año de Máster en Ingeniería Aeronáutica de la Universitat Politècnica de València y gracias al programa Erasmus puedo disfrutar de este año en Bruselas.
Bruselas goza de una mala fama inmerecida: es aclamada por muchos turistas como ciudad sucia, fea, con poca vida nocturna y escasa oferta cultural. Llevo en la ciudad ya cinco meses y estoy aquí para demostraros lo contrario, es un lugar que tiene mucho que ofrecer. Pero no sólo hablaremos aquí sobre Bruselas, sino de toda la región de Flandes.
Durante los próximos meses compartiré con vosotros todas mis aventuras y aquellas cositas que he ido descubriendo. Mi principal objetivo es transportaros a la cultura flamenca, y ojalá, animaros a visitar esta maravillosa región. Juntos descubriremos la gastronomía típica de la región de Flandes, os conseguiré los mejores truquitos y compartiré las recetas, para que vosotros también podáis degustarlas aun estando tan lejos. ¡Pero no todo queda ahí!, también conoceremos a artistas y estilistas belgas, adentrándonos en el mundo de la moda flamenca y su historia.