Situada al final de los estanques de Ixelles, muy cerca de la Plaza Flagey y como inicio del Bosque de Cambre, se encuentra la Abadía de Cambre, en Bruselas. Un oasis de calma en uno de los barrios con más movimiento de la ciudad.
Localizada en una depresión del terreno, la Abadía está resguardada y protegida del viento. Es un lugar que te transporta a la edad media. Fue edificada por los monjes cistercienses, data del siglo XII. El conjunto está formado por una serie de construcciones que pertenecían a la Abadía: el palacio del Abad, la iglesia y el claustro; los cuales encuadran el Patio de Honor rodeados de jardines y un estanque.
En la actualidad sus edificios están ocupados por el Instituto Geográfico de Bélgica y la Escuela de Artes Visuales, quizá porque están muy cerca de las Universidades (ULB y VUB). Se puede visitar la iglesia con su claustro y sus jardines. La iglesia es una mezcla de estilos gótico y barroco, es muy bonita y sencilla. En cuanto a los jardines, dispuestos en terrazas superpuestas, fueron diseñados al estilo francés. La última restauración de los jardines se realizó en el año 1930, por un arquitecto y paisajista llamado Jules Buyssens. Merece la pena visitarlos ya que están muy bien cuidados. La Abadía es un lugar tranquilo que invita a la calma y la reflexión, ideal para desconectar en época de exámenes.
Soy Guillermo García, el nuevo Corresponsal Erasmus durante el segundo cuatrimestre. Tengo el placer de tomar el relevo a María, quién nos ha ido contando sus experiencias desde Septiembre a hasta Febrero. Desde ahora y durante unos meses, iré relatando aquí mis aventuras, viajes y experiencias en la región Flandes. Haré todo lo posible para que las entradas os resulten atractivas, útiles y curiosas para descubrir y visitar todos los rincones de la región de Flandes.
Mi aventura en este país comenzó en Septiembre del 2011, cuando me trasladé a Bruselas para realizar mis estudios de Biología en la Vrije Universiteit Brussel dentro del programa Erasmus. Para los que acabáis de aterrizar aquí, decíos que en Bruselas hay una gran cantidad de ofertas en cuanto al alojamiento, los kots y pisos compartidos son los más populares, pero también hay varias residencias en el centro de la ciudad y en los campus universitarios. A principio del curso, tuve la oportunidad de realizar un curso intensivo de Neerlandés que me sirvió, entre otras cosas, para poder pedir en los bares, como si fuera un local (o intentarlo), y para no perderme en el metro los primeros días. Ahora, ya no me considero un recién llegado, y trataré de contaos curiosidades y todo lo que me llame la atención de las distintas ciudades que visitaré durante estos meses.