La abadía y la iglesia de Santa Gertrudis forman uno más de los múltiples complejos abaciales que se encuentran dentro y en los alrededores de Lovaina. Situadas junto al Beaterio Pequeño y separadas del mundo exterior por un muro, forman uno más de estos pequeños reductos de paz que existen dentro de la ciudad.
La abadía de Sint Geertrui fue fundada por el Duque Enrique I de Brabante en el año 1206 para la Orden de los Agustinos. La iglesia, adyacente a ella, fue construida entre los siglos XIII y XV, y su torre de estilo gótico tardío es una de las maravillas de Lovaina, ya que fue erigida sin un solo clavo de fijación, es decir, totalmente en piedra. La construcción de esta torre data de 1454 y tiene una altura de 71 metros. En la iglesia resalta también la sillería de estilo gótico tardío del coro.
La abadía tiene una larga y tranquila historia con su período más floreciente durante la Edad Media y Moderna, hasta que, al igual que otros lugares religiosos, comenzó su declive a finales del siglo XVIII con la invasión de las tropas revolucionarias francesas y la venta de sus bienes a manos privadas. Así cayó en un estado de abandono hasta que a comienzos del siglo XX el canónigo Armand Thiéry la compró y con su propio capital restauró la abadía e invitó a monjas benedictinas de Lieja a habitarlo.
Durante la 2ª Guerra Mundial sufrió graves daños y una de las alas, la llamada ala Thiéry, fue reconstruida con fragmentos de casas destruidas en la guerra. Más tarde las monjas se marcharon, en 1978, a Louvain-la-Neuve junto con la parte francesa de la Universidad. Desde entonces la abadía pertenece al Ayuntamiento de Leuven, usándose en la actualidad para diversos fines. Por ejemplo, en la capilla se encuentra el Museo Nacional de los Scouts, establecido aquí desde 1982. Hoy en día permanece como un lugar calmado y sereno, con su gran parque, su iglesia y sus edificios antiguos. Un gran lugar para dar un paseo y perderte un rato con tus propios pensamientos…