La catedral de San Quintín es uno de los monumentos más representativos de Hasselt. Situada en pleno centro de la ciudad aporta a sus calles un encanto especial. Cuando el sonido del carillón empieza a sonar, te envuelve en una atmósfera mágica de la que hace parecer a esta pequeña ciudad sacada de una película.
La historia de este edificio es especialmente curioso, dónde está actualmente situada la catedral comenzó a construirse una iglesia en el siglo VIII, que fue sustituida en el siglo XI por una de estilo románica, a día de hoy lo único que se conserva de ella es la base de su torre.
Tras esto en el siglo XV se edificaron algunas partes de la catedral actual como lo son por ejemplo el pasillo, la nave o el crucero y también se realizaron reconstrucciones del coro gótico. En el siglo XIX se realizó otra reconstrucción más exhaustiva del edificio en las que se añadieron elementos como el frente de la torre, algunas decoraciones tanto exteriores como interiores y los pináculos. Tras las numerosas construcciones y reparaciones, en 1999 finalmente terminaron y es como se conserva actualmente.
Si nos adentramos en el interior de esta catedral, podemos encontrar obras del artista Godfried Guffens y también las preciosas vidrieras repartidas por toda la catedral que le dan a la iglesia esa iluminación celestial entre tanta oscuridad. Pero en mi opinión el elemento más espectacular de la catedral es su órgano.
Si vas a visitar la ciudad de Hasselt, sin duda es una visita obligatoria, por la noche la catedral es iluminada con focos y se vuelve un edificio aún más majestuoso, así que no tienes ninguna excusa, sin duda debes ver la Catedral de San Quintín.
Puedes visitar la catedral todos los días de 9:30 a 5:30.