La iglesia primada de Bélgica se encuentra en Malinas. Se trata de la catedral de San Romualdo o Rumoldo. Ya os hablé de ella un poco de pasada en un post anterior, pero esta vez toca profundizar.
La catedral se erigió en honor a San Romoldo, monje irlandés que murió martirizado en este lugar. El edificio se realizó entre 1225 y 1519, siendo un ejemplo arquetípico del gótico brabanzón. Un incendio en 1342 retrasó la obra, obligando a lso constructores a levantar un nuevo coro, aunque mejorado con un deambulatorio y absidiolos, como es actualmente.
Al entrar, destacan los 12 pilares que sujetan la nave central, cada uno adornado con la estatua de un apostol. El púlpito data del año 1723; a su izquierda representa la caída del hombre y a la derecha la salvación. Es absolutamente magnífico con todos sus animales tallados en madera. Uno de los cuadros famosos que aquí se pueden ver es “El cristo en la cruz” de Van Dyck.
De todos modos, lo que más destaca de la catedral es su torre. Mide 97 metros, pero se pretendía que llegase a los 160 añadiendo una aguja de 60 metros. Debido a la falta de presupuesto en el siglo XVI, las obras se detuvieron. La idea de terminarla ha persistido hasta el siglo pasado, pero se consideró un gasto exorbitado e innecesario. Anteriormente también poseía un reloj, pero quedó destruido durante las guerras mundiales. Una de las cosas típicas al visitar Malinas es subir a la torre (todavía tengo que hacerlo), cuya superficie está acristalada. Se puede ver perfectamente el Atomium de Bruselas.
La torre alberga también dos carillones de 49 campanas cada uno, que se pueden escuchar paseando por las calles circundantes. Y es que Malinas tiene fama por su escuela de carillón que atrae músicos de todo el orbe.
En fin, habrá que ponerse la audioguía para que los 538 escalones de subida a la torre se hagan más amenos.