Damme es un municipio belga de la provincia del Flandes Occidental, situado a tan solo seis kilómetros al noreste de Brujas. Suele ser un destino frecuente para los turistas que están visitando la capital de provincia, ya que es un lugar muy popular para comer fuera (cuenta con una gran cantidad de bares y restaurantes a muy buen precio) y además es un destino conocido por sus excursiones en barco.
A lo largo de los años, Damme se ha ido ganando el peculiar nombre de “la ciudad de los libros”, ya que cuenta con numerosas librerías y ferias regulares. La verdad es que, pese a ser un pueblo pequeño, tiene más papelerías que la mayoría de las ciudades belgas.
Pero sin duda, lo mejor de Damme no es la gran cantidad por metro cuadrado de librerías que te puedes llegar a encontrar, sino lo antiguas y a la vez bien conservadas que están. Si tenéis alguna vez la oportunidad de entrar en alguna de ellas, pese a no entender probablemente ninguno de los libros (a menos que habléis flamenco o francés), vale la pena entrar por el simple hecho de ser testigo de aquellos maravillosos decorados aromatizados con el olor a libro antiguo.
Además de pasear por sus calles y cotillear sus librerías, también es parada obligatoria sus preciosos jardines y su cementerio (aunque pueda sonar mal, hacedme caso, vale la pena verlo). Al lado del jardín encontraréis la torre de la ciudad, que se puede visitar pagando 2,5 euros, pero es bastante alta (se tardan unos 20 minutos en subir) y las ventanas de arriba están parcialmente tapadas por seguridad. Pese a todo esto, si no te dan miedo las alturas, te animo a subirte.
¿Y cómo se llega a Damme?
Una de las formas más populares de llegar es con barco por el canal. Se debe tener en cuenta que solo funciona durante la temporada alta de verano. Sin embargo, hay otras formas de transporte alternativas y que están disponibles durante todo el año si no disponéis de vehículo propio. Las más populares son el autobús y la bicicleta. La ruta en bicicleta es a lo largo del camino del canal tomando el mismo recorrido que toma el barco. Además de ser un camino muy tranquilo por carril bici, es muy bonito.
Soy Núria, una catalana de veintidós años que lleva esperando su Erasmus en Flandes desde antes de empezar la carrera. Me encanta leer, escribir y hablar. Escuchar también, me encanta aprender cosas nuevas. No podría vivir sin arte. Cuando estoy triste escucho música y cuando estoy feliz también. Amo comer, supongo que el amor por la comida me viene de mi padre. En mi casa, siempre hemos sido de probar platos típicos de otras culturas, y no solo eso, de aprender a cocinarlos también.
Desde los catorce, tuve claro a qué me quería dedicar. Mi sueño era bastante específico: estudiar periodismo en Madrid. Luego, llegó el bachillerato y con ello las clases de economía. Nunca pensé que me fuera a gustar algo así, pero vaya si me gustó… La economía me generaba una curiosidad tan grande, que la puse de primera opción junto con ADE. De esta forma, en 2016, empecé un doble grado en economía y ADE. Descubrí un mundo nuevo, y fui consciente de lo importante que era la economía para ayudar a la gente. Comprendí que los economistas son importantes, pero no para lo que cree la mayoría de la gente. Ellos pueden elaborar modelos para reducir la pobreza, extinguir la corrupción e incluso evitar guerras. A medida que aprendía más cosas, mi amor por la economía crecía. Hoy, la economía me apasiona, de esto no tengo ninguna duda, pero el periodismo aún forma parte de mí.