Gante siempre es una buena opción si lo que quieres es ambiente juvenil, buenas vibras y el mejor arte urbano de Flandes, así que ayer, dejé mi preciosa ciudad y me desplacé a mi segundo lugar favorito en Bélgica en busca de inspiración, ¡y vaya si la encontré!
La primera vez que visité esta ciudad quedé impresionada por la gran la cantidad de obras de arte que se podían ver a pie de calle (jamás había visto una ciudad con tanto street art). Pero lo más mágico de todo es que a pesar de las veces que la he visitado, siempre termino descubriendo nuevos artistas y obras.
Si os preguntáis qué ruta vale la pena seguir, estáis de suerte: hay mil. Empecéis por donde empecéis y caminéis por donde caminéis, encontrareis murales, increíbles pinturas e inspiradoras palabras trazadas sobre paredes. Así que el mejor consejo que os puedo dar: ¡Dejaos llevar!
Eso sí, un imprescindible: la calle de los grafitis en Werregaren straat (un impresionante muro lleno de grafitis de todo tipo). INCREÍBLE.
Así que ya sabéis, para todos los amantes del arte en general: Gante, parada obligatoria.
Nos leemos pronto.
Soy Núria, una catalana de veintidós años que lleva esperando su Erasmus en Flandes desde antes de empezar la carrera. Me encanta leer, escribir y hablar. Escuchar también, me encanta aprender cosas nuevas. No podría vivir sin arte. Cuando estoy triste escucho música y cuando estoy feliz también. Amo comer, supongo que el amor por la comida me viene de mi padre. En mi casa, siempre hemos sido de probar platos típicos de otras culturas, y no solo eso, de aprender a cocinarlos también.
Desde los catorce, tuve claro a qué me quería dedicar. Mi sueño era bastante específico: estudiar periodismo en Madrid. Luego, llegó el bachillerato y con ello las clases de economía. Nunca pensé que me fuera a gustar algo así, pero vaya si me gustó… La economía me generaba una curiosidad tan grande, que la puse de primera opción junto con ADE. De esta forma, en 2016, empecé un doble grado en economía y ADE. Descubrí un mundo nuevo, y fui consciente de lo importante que era la economía para ayudar a la gente. Comprendí que los economistas son importantes, pero no para lo que cree la mayoría de la gente. Ellos pueden elaborar modelos para reducir la pobreza, extinguir la corrupción e incluso evitar guerras. A medida que aprendía más cosas, mi amor por la economía crecía. Hoy, la economía me apasiona, de esto no tengo ninguna duda, pero el periodismo aún forma parte de mí.