La Eurocopa ha comenzado y en Amberes llevan preparándose meses para ello. En los supermercados podías encontrar desde febrero cervezas con los jugadores de la selección belga así como stands con la bandera, camisetas y cuernos de los Red Devils (“los diablos rojos”). El primer partido de la selección fue este lunes contra Italia y nosotros lo vivimos desde cerca, escondidos entre la afición belga, tratando de calmar a nuestros 20 amigos italianos que gritaban eufóricos cada jugada.
El partido fue televisado desde todos los bares de la ciudad, pero nosotros elegimos vivirlo a lo grande. En el parque Park Spoor Noord se ha dispuesto una carpa con una gran pantalla de proyección rodeada de puestos de comida y bebida y servicios públicos: todo lo necesario para seguir el partido en las mejores condiciones, rodeados de amigos y “enemigos” y refugiados de la lluvia.
Para todos aquellos que sean futboleros les alegrará saber que los amberinos viven el fútbol y la Eurocopa intensamente. De camino a la carpa nos encontramos con un continuo ir y venir de diablos rojos con cuernos, banderas, camisetas y pintura en la cara. A las nueve de la noche dio comienzo el partido y, desde ese momento hasta el último minuto, la afición roja no paró de animar a su equipo. Los gritos de unos sobre los silencios de los otros delataron nuestra posición (lo que no hizo callar a nuestros amigos italianos). Al final, la derrota belga me supo agridulce: cuando ves centenares de rostros tristes es imposible sentirse del todo feliz por la victoria de tus amigos.
En definitiva, vivir el fútbol tan desde dentro con amigos de todo el mundo y a pesar de no compartir ninguna de las dos selecciones, ha sido una experiencia inolvidable.
Soy Marina y desde hoy hasta junio soy la corresponsal de este blog en la ciudad de Amberes. Estudio Lenguas Modernas, Cultura y Comunicación en inglés y alemán en la UAM . Tal vez no lo sepáis, pero tanto el inglés como el alemán tienen una hermana no tan agraciada actualmente: el neerlandés. Por lo tanto, si sabes inglés y, especialmente, alemán ya tienes mucho camino recorrido en el aprendizaje de esta lengua (con nada más y nada menos que 38 millones de hablantes). Con lo cual, aprender neerlandés resulta una oportunidad difícil de desperdiciar (la típica oferta 3×2).
Por otro lado, resulta casi imposible evitar admirar la belleza de Flandes y sus ciudades portuarias, que nos dejan estampas dignas de ilustrar postales de Navidad. Paseas por Amberes y degustas de manera gratuita infinidad de sabores y matices del arte: el arte religioso y mitológico, el arte gastronómico, el arte moderno, el arte de la aristocracia, el arte de la moda e incluso el arte industrial.