Hay dos ideas en las que siempre pensamos cuando nos piden que hagamos un giro inesperado en alguna historia: que todo era un sueño, o que hay un hermano gemelo malvado del protagonista. No falla. Ambos recursos aportan drama y hacen que las primeras palabras del espectador o lector sean «Espera, ¿qué?», así que instintivamente barajamos esas opciones. Incluso si al final no las utilizamos, son ideas que se quedan en nuestra mente como «Nunca se sabe».
En el caso del sueño, hay más variaciones: que lo que hemos visto realmente era una historia alternativa a lo que pasó de verdad, que el sueño no era el del protagonista sino de un personaje secundario, que todo era un sueño dentro de un sueño… Si nos referimos al caso del hermano gemelo malvado, sin embargo, el hermano que conocemos como «el otro», siempre es malo. Nos pasa con La Máscara de Hierro; Garfield 2; e incluso con Tú a Londres y yo a California, porque la hermana de California siempre ha caído un poquito mejor que la de Londres. Y es que lo pensamos sin darnos cuenta, «el hermano gemelo perdido viene para hacer algo malo al hermano que ya conocíamos». Es una regla no escrita.
Pues bien, como cada regla, hoy vengo a hablaros de la excepción que la confirma: el árbol de Navidad del ayuntamiento de Bruselas.
En el post en el que os hablé de las luces de Navidad de este año, puse fotos que mostraban esa majestuosidad de árbol que cada año reta al Ayuntamiento de la ciudad para saber quién toca antes al cielo. Es el tipo de árbol por el que te arriesgas a agotar la memoria del teléfono o borrar recuerdos de las vacaciones de verano pasadas solo para poder tener más fotos de él. Y no merece menos.
Sin embargo, si bajamos un poco el cuello y andamos hacia esa torre del Ayuntamiento que tantos flashes ha recibido y nos dirigimos a su patio central, nos encontraremos con «el otro», «el hermano gemelo», «el que viene para crear drama»: el segundo árbol de Navidad de Bruselas (o el primero pero menos conocido, depende de cómo se mire).
Se trata de un árbol dorado de luces cálidas repleto de pequeños pájaros con forma de Origami; y es que igual que las Galerías Reales de Saint-Hubert, el arquitecto Charles Kaisin ha sido el elegido para decorar el corazón del Ayuntamiento de Bruselas de este año, siguiendo la misma iniciativa que os expliqué en este post (Origami For Life).
Y entre destellos de alas, y luces que parecen no necesitar estar encendidas para poder lucir, sentí paz. Adoro el árbol que se encuentra en el centro de la Grand Place, de verdad, porque es imposible no hacerlo. Pero este segundo árbol es literalmente lo que significa la Navidad: luz y tranquilidad. Con fuentes de esculturas flanqueando el patio, los ojos escalan por cada origami hasta posarse de nuevo en esa eterna torre del ayuntamiento, pero desde dentro.
Puede pasar desapercibido porque parece ser el secreto del ayuntamiento, resguardado en la tranquilidad en medio de la admiración navideña, pero es especial. No lo digo solamente porque sea un árbol de luz, sino porque de verdad se siente como tal, porque transmite tranquilidad y familiaridad. Es como si Bruselas quisiera dar un árbol para los dos tipos de personas navideñas que todos llevamos dentro: el que adora la Navidad grandiosa con el reno en la azotea; y el que la prefiere familiar, donde se decora la casa todos juntos y los hojaldres son el alimento esencial para desayuno, comida y cena. Y ambos son buenos, simplemente que como todos los hermanos, son diferentes.
Si en algún momento añadimos un hermano gemelo a la segunda parte de nuestra historia, muy probablemente vaya a ser malvado. Sin embargo, el hermano que nos regala el Ayuntamiento de Bruselas es la excepción que confirma esta regla.
Y lo hace con luz.
¡Muy buen día, luceros!
Me llamo Marina Carrasco Valero, estudio Periodismo y Comunicación Audiovisual, y este primer cuatrimestre voy a ser vuestra corresponsal Erasmus en Bruselas. Durante los próximos cinco meses, voy a ser la pequeña puerta que os lleve a tocar, paladear, ver (aunque con un poco de miopía), oler y oír Bruselas. Juntos vamos a descubrir sus secretos, exhibiciones, conciertos, festivales…