Creo que el Gran Beguinaje de Lovaina es uno de los lugares más inspiradores de la ciudad. La primera vez que visité este lugar fue por la noche. Y el sentimiento que experimenté fue maravilloso. Una extraña sensación de transportarte en el tiempo y en el espacio a una época pasada, remota, nostálgica, diferente. Esas casas de ladrillo, las calles empedradas, los puentes que cruzan el río, las luces de las antiguas farolas… Y esa acogedora tranquilidad que permite la evasión de la asfixiante rutina de la vida de ciudad.
Sí, es un sitio especial, de eso no hay ninguna duda. Este lugar fue fundado en el siglo XIII y su importancia y actividad floreció durante el siglo XVII. Allí vivían beguinas, que no son monjas sino mujeres religiosas que vivían en comunidad para ayudar a los más pobres y desfavorecidos. Era por ello común que vivieran cerca de hospitales e iglesias.
En la actualidad, en este lugar hay casas para estudiantes y profesores universitarios, fruto de la gran relevancia de la actividad universitaria en esta ciudad. El Gran Beguinaje fue declarado en 1998 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, de forma más que merecida. Me atrevo a decir que es el más o de los más bellos beaterios que se pueden visitar en Europa.
Y con motivo de la época navideña en la que nos encontramos, el Ayuntamiento de la ciudad organizó un bonito evento, en el que el beguinaje se llenó de velas en la noche de diciembre, generando una atmósfera especial y engrandeciendo la especial esencia de este lugar. La gente paseaba tranquila disfrutando de estas bellas estampas, algunos acompañados de un vaso de vino caliente, tan típico en esta época del año. Lovaina es siempre mágica y, por tanto, es también un lugar ideal para visitar en Navidad.
Soy Víctor Labián Carro y a partir de mediados de septiembre estaré 10 meses viviendo en Lovaina y estudiando en KU Leuven. Estoy seguro de que será una experiencia única en la vida, de esas en las que te gustaría recoger tus vivencias en un librito de viajes, en el que el que colocas con mimo esas fotos de lugares, comidas, amigos… Pero ¿por qué no aportar a ese libro un valor adicional y que no sea únicamente una fuente de nostalgia que intensifique nuestros recuerdos? ¿Y si es de utilidad compartir esas experiencias con futuros estudiantes Erasmus de Lovaina? Pues sí, lo es y mucho, porque he de reconocer que todos los consejos, opiniones y vivencias de estudiantes en Lovaina me han ayudado en gran medida a planificar este viaje, o, al menos, esas cosas que puedes tratar de planificar en una aventura tan mágica por desconocida e impredecible. Ya no utilizamos plumas ni pegamos fotos con pegamento, pero sí que subimos a internet fotos y videos y escribimos en blogs. Es ahí donde aparece la iniciativa de ser Corresponsal Erasmus en Flandes, donde encuentro la forma de compartir ese libro aún por escribir o, mejor dicho, de aportar algo de valor a ese libro que entre todos estamos escribiendo.