Todas las personas estamos acostumbradas a hacer maletas… para ir al pueblo el fin de semana, para pasar unos días en la playa con amigos, para visitar una nueva ciudad o ir a esquiar a la montaña…
Lo que no estamos acostumbrados es a llevar una maleta para empezar una nueva vida. ¿Como metes toda una habitación en una caja de 80x100cm? Parece imposible, y en cierto modo lo es. Por eso, antes de embarcarnos en la gran aventura del Erasmus, tenemos que tener claro que solamente nos podremos llevar lo esencial e imprescindible.
“¿Pero si aún no se cuáles serán mis amigos y mis planes? ¡¡¡Ni mi día a día, ni NADA!!! ¿Cómo puedo saber que llevar?…” Gritaba una pequeña voz en mi cabeza…
Tanto me agobié con meter un poquito de todo que se me acabaron olvidando un montón de pequeñas cositas imprescindibles, pero eso os lo contaré otro día.
Hoy vengo a explicaros que al final, da un poco igual que ropa metáis. Da igual si vuestro abrigo favorito conjunta o no con los zapatos nuevos. Porque si una cosa tiene el Erasmus, es que acabas aprendiendo que todas esas tonterías superficiales dan igual.
Vas a pasarte todo el día de arriba para abajo, conociendo gente nueva, visitando nuevos lugares, haciendo planes diferentes y a fin de cuentas entre la lluvia de emociones y aventuras nadie se fijará si llevas toda la semana conjuntando morado, verde o rojo.
Aunque si puedo recomendaros que escojáis ropa básica, fácil de combinar, con la que os veáis genial y no os canséis de ponérosla nunca. No es el momento de llevar esa chaqueta de flores tropicales que aunque te encanta tan solo te has puesto dos veces. Mejor escoje la de color vaquero que conjunta con todo.
Y sobre todo ROPA CÓMODA Y ABRIGADA. No te va a servir de nada ir con una falda y un top monismo a clase si con la tormenta se te van a calar hasta los calcetines… y vas a pasarte la semana entera en cama con 38 de fiebre.
En mi maleta metí muchísima ropa, no os voy a engañar. Sin embargo, las cosas que me han hecho más feliz este Erasmus, han sido los detalles que han conseguido hacerme sentir cómo en casa… las fotos de mis amigos en la pared, los imanes en la nevera que me regaló mi madre por Navidad, la bolsita de tela de mi abuela o el álbum de fotos de María (mi hermana pequeña). Ver todas esas cositas por la mañana hacen que aún estando lejos, les sienta a todos muy cerca…
Mi nombre es Luna, tengo 20 años y vivo en Madrid. En general soy una apasionada de la vida, de los viajes, el arte, la música, el baile, el surf, el mar, la escalada… todo lo que suponga una aventura para mí siempre será un SÍ.
Este semestre mi aventura comienza fuerte: me he mudado a Brujas ¡La ciudad de ensueño! Y aunque apenas lleve aquí una semana, os puedo asegurar que así es. Todas las calles están bañadas de un aura especial, casi mágica.
Recuerdo una de las primeras noches aquí, entre las vacaciones y la lluvia las calles estaban vacías. Paseando a la luz de las farolas, sentí como si me transportara a otra era… Los suelos empedrados, el musgo creciendo por las paredes de una gran iglesia gótica, cuyas vidrieras relucían con luz propia. Todo parecía salido de un precioso y enigmático cuento medieval.