Para la inmensa mayoría de los estudiantes que estamos de Erasmus en Lovaina nuestro primer recuerdo de la ciudad siempre estará asociado con arrastrar nuestra maleta por la Martelarenplein (o Plaza de los Mártires si lo traducimos al castellano). Esto se debe a que esta plaza acoge tanto la estación de tren como la principal estación de autobuses de la ciudad por lo que es altamente improbable que quien “aterriza” en Lovaina por primera vez, lo haga en otro punto distinto de la ciudad.
Cada vez que paso por esta plaza recuerdo las sensaciones del primer día de mi Erasmus, saliendo de la estación de tren y topándome con el gran monolito que se erige en el centro de esta plaza. Andaba yo algo perdido buscando la dirección de mi kot con mi penoso sentido de la orientación pero también muy ilusionado por la experiencia que acababa de empezar. Eso sí, la primera impresión que tuve de la ciudad era que era muy bonita pero algo fría (no por la temperatura, pues llegué una tarde soleada de septiembre) pero sí por la acogida que me dio. Como todas las referencias que tenía de Lovaina aludían a su faceta de ciudad universitaria y muy marchosa, ver una plaza tan grande como la Martelarenplein casi vacía me sorprendió amargamente. Sin embargo, bastaron apenas cinco minutos para cambiar por completo mi percepción. A medida que me fui acercando al centro de la ciudad pude ir observando como Lovaina se iba llenando de ambiente: los bares, las terrazas y los jóvenes paseando por la calle aprovechando los últimos rayos de sol del verano… esta estampa se correspondía mejor con la imagen preconcebida que tenía de la ciudad. Eran mediados de septiembre del año pasado, por aquel entonces el curso universitario aún no había empezado y faltaban muchos estudiantes por llegar. Sin embargo, esa misma noche cuando salí a descubrir la famosa plaza de Oude Markt de la que tanto me habían hablado (esa “barra de bar más grande del mundo”), ésta estaba muy animada y ninguno de sus 30 bares ni los de los alrededores estaban vacíos. Fue entonces cuando entendí definitivamente porque Lovaina es un destino Erasmus tan preciado para los amantes de la fiesta y también fue entonces cuando acabé de darme cuenta de lo equivocado que estaba nada más desembarcar en la Martelarenplein por primera vez.
Y lo cierto es que cuando viene algún amigo a visitarme y voy a recogerle a la estación, a veces noto en sus reacciones al ver la Martelarenplein algo parecido a lo que yo sentí, una pequeña decepción momentánea. Y por eso yo siempre aviso: “tranquilo, ya verás lo animado que está esto.”
Me llamo Juan Pastor Merchante y tendré la suerte de ser el Corresponsal Erasmus en Lovaina entre febrero y junio de 2013. Tengo 22 años, soy de Madrid y estudio Derecho y Administración y Dirección de Empresas en la Katholiek Universiteit Leuven, aunque hasta este año lo venía haciendo en la Universidad Autónoma de Madrid.
Mi experiencia Erasmus en Lovaina comenzó en septiembre del año pasado por lo que ya casi me siento un lovaniense más. En estos meses me he impregnado de la ciudad y espero ser capaz de trasladaros la experiencia de un Erasmus en Lovaina de la forma más precisa posible.