El 19 de agosto de 1914, en el contexto de una Primera Guerra Mundial recién empezada, las tropas alemanas ocuparon Lovaina. Los días posteriores estuvieron marcados por un clima de relativa tranquilidad hasta que la violencia estalló bruscamente en la jornada del 25 de agosto. En los cinco días que siguieron se produjo una matanza indiscriminada en la que murieron centenares de habitantes de la ciudad de Lovaina. Las fuerzas alemanas tratarían de justificar el asalto como una respuesta a una revuelta armada de los ciudadanos leuvenses. La versión de los hechos de las fuerzas aliadas difería bastante de la anterior: de acuerdo con ésta la matanza habría sido totalmente premeditada por las tropas alemanas. Sea como fuere, la represión por parte de las fuerzas alemanas fue durísima y, además de buscar víctimas civiles, también estuvo orientada al saqueo y a la destrucción sistemática del patrimonio cultural e histórico de la ciudad. Se estima que una quinta parte de la misma acabó siendo pasto de las llamas y múltiples edificios de facultades de la universidad, así como la biblioteca principal, el teatro municipal y la Iglesia de San Pedro sufrieron daños muy severos.
El recuerdo del horror vivido en Lovaina en esos días está presente en la Martelarenplein (plaza de los Mártires) que lleva su nombre en honor a los más de 200 habitantes de la ciudad que formaron la resistencia contra las tropas alemanas para acabar siendo ejecutados en el lugar donde hoy se encuentra esta plaza. El monolito que preside la plaza es el Vredesmonument, lo que en castellano significa “Monumento por la Paz”. Este monumento se construyó en el año 1925 como homenaje a los caídos en Lovaina en agosto de 1914.
Ya en la segunda guerra mundial, en 1940, el ejército Nazi destruyó las imágenes que se habían esculpido en la base del monolito por considerarlas ofensivas para el pueblo alemán. Estas imágenes representaban a los invasores alemanes, la huida de los civiles y la reconstrucción de la ciudad. Con el paso de los años, el deterioro del monumento era visible y tuvo que ser reformado en 2004. Gracias a los documentos que se hallaban en posesión de la familia del escultor Marcel Wolfers se pudieron volver a esculpir las imágenes que otrora ocuparon la base del monolito. Asimismo, se puede observar como por las noches unas pequeñas ventanas de color rojo se encienden cerca del punto más alto del monolito, haciendo referencia al color del fuego que devastó Lovaina en aquellos funestos días del verano de 1914.
Me llamo Juan Pastor Merchante y tendré la suerte de ser el Corresponsal Erasmus en Lovaina entre febrero y junio de 2013. Tengo 22 años, soy de Madrid y estudio Derecho y Administración y Dirección de Empresas en la Katholiek Universiteit Leuven, aunque hasta este año lo venía haciendo en la Universidad Autónoma de Madrid.
Mi experiencia Erasmus en Lovaina comenzó en septiembre del año pasado por lo que ya casi me siento un lovaniense más. En estos meses me he impregnado de la ciudad y espero ser capaz de trasladaros la experiencia de un Erasmus en Lovaina de la forma más precisa posible.