Así visto suena a película de terror ,¿verdad? Pero tranquilos todos, que para la visita de hoy no necesitamos derramar ni una gota de sangre, nadie va a morir no os preocupéis.
¿De qué va esto entonces? Hoy os voy a hablar del “Butcher’s Hall” (Vleeshuis), una antigua casa gremial, que se ha convertido ahora en un museo.
Este edificio data de 1250, época en la que aquí mismo los carniceros de antaño realizaban los sacrificios de cerdos, reses y otros animales, para vender en éste preciso punto la carne recién obtenida.
No me lo quiero imaginar, pero supongo que el símil de la “montaña de sangre” es bastante visual.
El caso es que cuando llegó el siglo XVI, y con él la época dorada de Amberes, éste antiguo edificio ya no daba a basto para toda la florecida y poblada ciudad, y así, los gobernantes del pasado decidieron construir una nueva “sala de carniceros”, pero dos veces más grande que la anterior.
Con gran orgullo, el gremio de carniceros encargó al maestro constructor Herman de Waghemakere que diseñase un edificio funcional pero que a la vez, reflejase el estatus creciente de su gremio.
La construcción del nuevo edificio se inició en 1501 y se completó en 1504. Para su tiempo y para no tratarse de un edificio religioso, se trataba de una construcción muy grande, de 21 metros de ancho y 46 metros de altura. Su fachada estaba hecha de ladrillo rojo con capas de arenisca blanca o “capas de tocino” como se conoce localmente.
Cuando las fuerzas de ocupación francesas abolieron los gremios en 1810, el “salón del carnicero” perdió su función principal, y durante el siglo XIX el edificio estuvo en uso como almacén heterogéneo de objetos históricos, incluyendo cerámica, dibujos, encajes, armas y joyas.
Al final, hoy en día y desde 2006, este peculiar edificio alberga el Museo de la Música, un lugar donde adentrarnos a conocer los instrumentos antiguos, los cantos típicos de la época o las melodías locales de la antigüedad.
Para los curiosos, la dirección exacta es: Vleeshouwersstraat 38, 2000 Antwerpen.